Acuse de recibo
Ocho años y tres meses habían estado Rolando Tejeda Carvallar y su familia (Avenida No. 52, entre 45 y 47, No. 4532, Cienfuegos) en una verdadera batalla de llamadas, trámites, visitas y esperas, para resolver el tema del agua en su domicilio. Lo supimos aquí el 21 de junio pasado.
Detallaba entonces el remitente que su vivienda se halla en la denominada «zona alta» de la ciudad, según la división establecida por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado (EAA) en la provincia, y desde 2008 no recibía el líquido vital, aun con una turbina instalada.
En un punto del azaroso camino de gestiones, se dilucidó que la solución al asunto sería conectar a la casa una nueva acometida por la Ave. 52, pues la que poseía, por la Ave. 47, estaba seca. Sobrevinieron dilemas para autorizar el trabajo en la Ave. 52, por el tráfico habitual allí.
Con fecha 30 de agosto, pero llegada a JR el 21 de septiembre, arribó la respuesta al caso firmada por Orlando López Torres, director adjunto de la EAA Cienfuegos. Explica el directivo que la presión del agua en la zona alta a la que pertenece la vivienda de Rolando no es la adecuada y que había dificultades con la aprobación de los trabajos en la Ave. 52; pero que finalmente el Consejo de la Administración Municipal autorizó las labores.
«Después de varios días, por fin se realizó el trabajo y lo hemos sometido a pruebas en el terreno —comunica Orlando— (…) para tener la veracidad y efectividad del servicio. Este seguimiento se ha hecho en cuatro obras. Le podemos informar que el compañero se encuentra satisfecho con el servicio prestado por nuestra entidad, pues está recibiendo el agua perfectamente». El director adjunto de la EAA, cuya respuesta agradezco, califica el caso como «solucionado» y con «razón total» de parte del reclamante.
Y este redactor, junto a la alegría porque ya Rolando y los suyos tengan agua, coloca varias interrogantes: ¿había que esperar ocho años y tres meses y ver publicado el problema en la prensa para resolverlo? ¿Quién le resarce a esta familia los trabajos y el tiempo inmenso desgastándose en gestiones? ¿Qué pasó con los responsables de tanto peloteo en todas las instancias?
Marianao, La Habana. Domingo 3 de mayo de 2015. Día sin viento ni amenaza de lluvia, al menos hasta el mediodía. A esa hora, una inesperada «tormenta eléctrica» se precipitaría sobre los vecinos de la zona aledaña a calle 63, entre 128b y 130. Un cable primario de la electricidad cayó sobre el tendido telefónico.
Así lo cuentan Lourdes Calves Somoza (Calle 128b, No. 6109), Luz María Rodríguez Cabral (Ave. 63 No. 12822) y Ada Angulo Rivero (Ave. 63, No. 12821, apto. 1), quienes añaden que fue necesaria la sustitución del gabinete telefónico en calle 126 y 63 y el reemplazo de los pares en varios postes. El proceso demoró más de un mes, pero al fin se restableció la comunicación.
«Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que varios usuarios de dichas cuadras estábamos afectados en cuanto a los equipos (…) (inalámbricos), que quedaron dañados. En la actualidad somos cinco núcleos (…); el resto perdió la esperanza de la sustitución», refieren las remitentes.
«En un principio la Empresa Eléctrica nos negó la reclamación, pero gracias a la gestión eficiente (…) de nuestro delegado logramos ser escuchados. Meses después se aprobó la sustitución de los equipos dañados. En enero de 2016 fuimos visitados por la OBE de Marianao y pensamos ingenuamente que todo estaba resuelto», evocan.
Pasaron los meses y luego de varios trámites lograron los afectados que se presentara en su Asamblea de Rendición de Cuentas el director de la OBE municipal (de reciente nombramiento en el cargo), acompañado de la Vicepresidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular y otros funcionarios, rememoran las lectoras.
«En la reunión —precisan— se buscó la razón de la demora, pero quedó claro que lo que queremos es la sustitución del equipo dañado». Al momento de escribirnos (10 de septiembre), ya llevaban más de un año y cuatro meses esperando. ¿La solución estará fuera del área de cobertura?