Acuse de recibo
Guillermo Pérez, delegado de la Agricultura en la provincia de Granma, responde a la queja del arrocero José Vidal (Vuelta del Caño, Manzanillo), reseñada el pasado 19 de septiembre, la cual reclamaba a la Agricultura como responsable del arroz perdido en su cosecha.
Señala Guillermo que la comisión creada para investigar el hecho entrevistó a Vidal y a su familia, a otros productores de la base campesina, vecinos, técnicos, operadores de combinadas y a directivos de la Agricultura y la ANAP en el municipio. Y verificó que entre la Cooperativa Roberto Elías Sánchez —de la cual es socio Vidal— y el CAI arrocero Fernando Echenique, hay un contrato firmado que, aun cuando tiene deficiencias, precisa que el CAI no tiene obligación anticipada de prestación de servicios de maquinaria para la preparación de suelos o cosechas.
Ello responde a que el Estado no tiene el parque suficiente y competente de cosechadoras para dar servicio a quienes quieran producir el cereal, y debe concentrarlo en las áreas especializadas.
Explica que en el sector no estatal se realiza la siembra según las posibilidades del productor. Y en determinados meses se concentran picos que las cosechadoras no pueden asumir en su totalidad. Según el jefe del programa Arroz Popular en Manzanillo —consta en las actas de las asambleas de las cooperativas—, se informó a quienes sembraron arroz que no había garantía de máquinas para la cosecha. Debían prepararse para realizarla manualmente, aun cuando no se descartaran gestiones con el CAI para, ante determinadas disponibilidades, prestar ese servicio.
Es injusto el argumento de Vidal, dice, de que el jefe del Arroz Popular en Manzanillo desvió máquinas cosechadoras, pues este no decide el movimiento de las mismas. Por el contrario: no cesó en gestiones para que se asignaran a las bases que tenían cosecha, aunque no estuviera contratado. Y desmiente que dicho funcionario, como dice Vidal, limitara la siembra de arroz en su área, pues este tiene sembradas 2,20 caballerías del cereal actualmente.
Se constató que el arroz tuvo afectaciones por déficit de agua, pues la turbina no tenía capacidad para abastecer las áreas y también tuvo roturas. Las malezas infectaron los cultivos, y se recomendó a los productores limpiarlos manualmente, lo que no se cumplió oportunamente. Cuando hubo posibilidad de máquinas, se cosecharon algunas áreas, pero la de Vidal tenía tal grado de infestación que imposibilitaba el corte mecanizado.
Aunque ya es un problema resuelto, informa, entonces el Banco no otorgaba créditos a productores de arroz sin garantía de realizar su cosecha mecanizada, como Vidal. «Él mismo recibió el paquete tecnológico para la siembra —precisa—; estuvo de acuerdo en que se le entregara, aun cuando el contrato consignara que no había garantía para la cosecha mecanizada». Reconoce el delegado que en el 2009 la capacidad de secado no satisfacía la producción. Y se explicó a los productores del Arroz Popular que, además de cortar manualmente, debían secar mediante varias alternativas.
Niega Guillermo que Vidal presentara un estado de indefensión por desatenciones. El propio Vidal reconoce que lo visitó en su casa el Presidente de la ANAP en la provincia en tres ocasiones, y una comisión de esa organización lo atendió. Recibió respuesta del Presidente de la ANAP y el Delegado de la Agricultura de que no le asistía la razón.
El caso se ha atendido a todos los niveles, asegura, aun cuando no ha quedado satisfecha la pretensión de Vidal de que le indemnicen las pérdidas. Y al final, es cierto que se perdieron 1 440 quintales de arroz, no 2 500 como decía Vidal. «Este cultivo es de una gran exigencia tecnológica y hay que tenerlo todo asegurado, incluyendo la cosecha manual… En este caso el productor no tenía garantía de un riego eficiente, no liberó oportunamente el área de malezas ni se preparó para la cosecha manual. Todo lo supeditó a sus gestiones, conocimientos y relaciones personales, sin escuchar las recomendaciones de los técnicos y de la asamblea de asociados».
Guillermo reconoce que esa familia goza de prestigio como productora en el municipio, y no ha cesado su afán de trabajar más para incrementar sus resultados y sustituir importaciones de arroz.