Acuse de recibo
Hay quienes no respetan las jerarquías, y no sucede nada. Eso es peligroso. De tal impunidad me relata una historia Yoan Fernández (Máximo Gómez Nro. 149, Jobabo, Las Tunas).
Cuenta Yoan que el 16 de noviembre de 2005, en reunión ordinaria del Consejo de la Administración Municipal (CAM), se tomó el acuerdo 221, mediante el cual se aprobó la construcción de 18 viviendas para casos críticos. Entre los 18, con el número 10 en el listado, estaba él, quien está operado a corazón abierto, con trasplante de válvula.
Desde entonces para Yoan todo ha sido problemas. Primero fue con la ubicación del terreno y la orden de construcción. Y ello fue solucionado después de su incansable insistencia, el 17 de mayo de 2007, por la directora de la Unidad Municipal Inversionista de la Vivienda (UMIV).
Entonces, la ejecución de la casa fue vinculada a la Empresa de Mantenimiento Constructivo, de la cual, asegura Yoan, no ha recibido apoyo alguno. Actualmente, señala, la vivienda está a nivel de mojinete (caballete). Desde diciembre de 2007 está esperando techo y terminación por parte de la entidad.
Luego de reiteradas gestiones en Atención a la Población del gobierno municipal, el 16 de abril de 2010 la presidenta del Gobierno del territorio comunicó a la UMIV que se ejecutara la puesta de techo y la terminación de la vivienda. Y, como parte de ello, emitió un documento al director de Mantenimiento Constructivo, en el cual se ordenaba la terminación de la casa de Yoan.
Pero se interpusieron obstáculos: no tenían el personal para instalar el techo y se hacía difícil la transportación desde la Empresa hasta el lugar de la ejecución, por no contar con el transporte requerido.
Ello, asegura Yoan, le obligó a solucionar dicho asunto. Ya el techo facturado, y montado en un tractor que lo trasladaría, el director de Mantenimiento Constructivo decidió no darlo, bajo ningún concepto.
Refiere que el citado funcionario hizo bajar el recurso antes asignado, sin atender la orientación de la presidenta del Gobierno municipal.
Resalta Yoan que dicho funcionario puso en evidencia la falta de respeto a una persona que, mediante el voto popular, fue aprobada para gobernar en el municipio. Ahora que se constituirá la nueva Asamblea Municipal del Poder Popular de Jobabo, vale la pena meditar en tal desentendimiento de quien desconoce la autoridad.
Han sido muchas las denuncias de cubanos acerca de bultos perdidos que han sido enviados por Correos de Cuba. Y aunque las autoridades de esa empresa insisten en que se reducen tales irregularidades, irrumpen aquí denuncias como la de Reinaldo Cabrera (Patrocinio Nro. 17, apto. 5, Lawton, Ciudad de La Habana).
Cuenta él que despachó cuatro bultos desde diferentes localidades: dos de ellos desde el correo del Caney de las Mercedes, dirigidos a su hijo Manuel Cabrera (Armas 910, Lawton), y los otros dos desde Bartolomé Masó, dirigidos a Patrocinio Nro. 17, Lawton, el 28 de diciembre de 2009.
Ya en la capital, Reinaldo fue al correo correspondiente el 25 de enero de 2010, y le dijeron que no habían llegado. En Atención al Cliente le informaron que ya los bultos habían salido de Granma. Fue entonces a la sucursal de Correos correspondiente y le aseguraron que no estaban allí.
Fue a la Oficina Central de Correos en La Habana Vieja, y allí le dijeron que debía llamar a Granma. Llamó, y luego de un mes sin información, nada se solucionaba.
El 10 de marzo de 2010, sin información alguna, se personó en la oficina de Correos de Cuba de Vento y Camagüey. Allí le dieron un número de teléfono para que llamara a los 20 días. Así lo hizo, y nada solucionó. El 27 de abril, cuando me escribió, llevaba dos meses desde su reclamación; y cuatro meses desde que fueron enviados los paquetes. Solo ha recibido silencio e incertidumbre.