Acuse de recibo
Desde el año 2002, con las lluvias y vientos del huracán Lily, el pinareño Emilio Hernández Guerra sufre problemas constructivos en su vivienda. La queja de este vecino del reparto Montequín, en la capital de la occidental provincia, vio la luz en Acuse el 21 de marzo último.
Contaba Emilio que después de aquel siniestro le entregaron —en tres etapas— 45 sacos de cemento. «Nadie controló lo que yo hacía con ese material, pero decidieron que ya me habían dado suficiente y no me entregaron más, aun cuando ya solo faltaban 4 ó 5 sacos. Como es lógico la reparación no quedó como debía», explicaba el remitente.
Después, bajo los azotes de Gustav y Ike, Emilio y su familia volvieron a perder la cubierta. En noviembre de 2008 lo visitaron autoridades de la comunidad y le afirmaron que su vivienda «había sido aprobada para recibir el techo de “polimex”», pero esto nunca se concretó.
Ahora nos llega la respuesta de Pablo Véliz Reina, director provincial de Vivienda en Vueltabajo. Informa el directivo que luego de una investigación realizada a raíz de la queja, se determinó lo siguiente: En el primer proceso de rehabilitación «certificado según proyecto y constancia de vales obrantes en poder del quejoso, se le entregaron recursos por valor de dos mil quinientos pesos sin centavos ($2 500,00), que debió abonar al Banco Popular de Ahorro mediante crédito bancario suscrito con esa entidad y de cuya cifra solo utilizó mil cuatrocientos sesenta pesos con noventa centavos ($1 460,90)».
Detalla el directivo los recursos facilitados a Emilio, entre los cuales se encontraban —aparte de las bolsas de cemento— 200 bloques, 15 canalones, 5 metros cúbicos de piedra; 50 kilogramos de acero de 12 milímetros y otros materiales.
«La entrega o no de recursos que dice (Emilio) no haber recibido, no tiene influencia en las afectaciones que posteriormente, al paso de los huracanes Gustav y Ike, sufrió su inmueble», afirma el dirigente provincial.
En cuanto a la segunda afectación por ciclones, especifica la respuesta, «la solución debía ser nuevamente con canalones, para lo cual está diseñada la cubierta afectada, pero la provincia y el país no tienen disponibilidad de los mismos».
Entonces «se orientó por el Puesto de Dirección Municipal, la evaluación (...) de aquellas viviendas afectadas que (...) cumplieran con los requisitos técnicos exigidos para la aplicación de la cubierta denominada poliestireno expandido.
«El caso que nos ocupa fue visitado en los primeros días del mes de noviembre (...). Se pudo constatar que los muros existentes tienen un espesor de 120 milímetros con repello, cuando la exigencia técnica es de 150-200 milímetros de espesor sin repello. Además, las paredes de carga presentan grietas de 0,45 milímetros, especialmente en la última habitación, producidas por un asentamiento en la cimentación.
«El arquitecto Fermín Arteaga Leal explicó al delegado y al presidente de la Comisión de Materiales de la Circunscripción —los que visitaron con él la vivienda— que la misma no clasificaba para la aplicación del poliestireno expandido.
«Ante el pedido reiterado del delegado y el presidente de la Comisión, se vuelve a visitar la vivienda en dos ocasiones más, llegándose a la misma conclusión».
No obstante, reconoce Pablo Véliz, «resulta un hecho cierto que esta familia albergó la esperanza de ser seleccionada para la colocación de este tipo de cubierta (...) estimulada por criterios de factores de la comunidad sin conocimientos técnicos, lo que nunca constituyó un pronunciamiento oficial».
Apunta el Director que «la solución determinada por la Unidad Municipal Inversionista de la Vivienda (UMIV) para la cubierta de la casa de Emilio Hernández Guerra será ligera y se entregará en el transcurso del mes de mayo».
Y se despide recordándonos que «al municipio le quedan 14 808 afectaciones por solucionar, de ellas 1 102 cubiertas totales, las que llevarán algún tiempo».
Agradezco la extensa respuesta del Director Provincial de Vivienda, y apunto algunos elementos que tal vez pudieron aclararse. Nunca se explica, por ejemplo, la ausencia de una asesoría y control a Emilio para la mejor utilización de los recursos. ¿Si la falta de aquellas bolsas de cemento no tuvo que ver con la segunda caída del techo, a qué causas la atribuye la investigación?