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Cuando se quiere...

Se puede, sí. Lo demuestra la respuesta de Mariana Hechavarría, jefa de Divulgación de la Dirección Provincial de Servicios Comunales de Ciudad de La Habana, a la denuncia de Isidra Mora, vecina de calle Tercera número 18320, entre Rafael de Cárdenas y Álamo, Segunda Ampliación, en el municipio capitalino de San Miguel del Padrón.

El pasado 30 de julio este redactor reflejaba así el pesar de la lectora: «La ceiba que preside el patio de Isidra está cundida de comején, y amenaza con desplomarse. Pero por sus dimensiones, no admite corte manual. Isidra se dirigió al Gobierno municipal, Áreas Verdes, Comunales... Pero nadie le da respuesta. Claro, nadie está allí entre la espada y la pared —más bien entre la pared y la ceiba— cruzando dedos, intentando alejar maleficios que, al final, con la Ley de Gravedad de Newton, no creen en nadie».

Ahora Mariana informa que a raíz de lo publicado se visitó el lugar para verificar lo planteado. Y la Dirección Provincial de Áreas Verdes y la municipal de Comunales, valorando el real estado de la ceiba, determinaron acometer el trabajo al siguiente día.

Confirma que, ciertamente, no se contaba con el recurso principal, una grúa de alto porte. Pero esta vez se pudo: «Se buscaron alternativas —dice Mariana— que, aunque peligrosas tanto para los vecinos como para los hombres que laboraron con disciplina y extremo cuidado, permitieron hacer el trabajo. Felizmente no hubo que lamentar pérdida alguna gracias a la cooperación de los vecinos y la pericia de los podadores, que son artistas de las alturas. Sin la valentía de ellos era muy difícil la solución del caso».

Revela la funcionaria que los vecinos expresaron su agradecimiento por la compleja labor realizada, y el celo de los podadores por minimizar las afectaciones que pudiera ocasionar la faena. Y el problema de tanto tiempo quedó resuelto el pasado 1ro. de agosto.

Les impiden entrar

Sobre la poda de árboles en áreas urbanas, necesaria ante huracanes y otros fenómenos meteorológicos, versa la respuesta de Ubahi Marty Inglada, director de la Organización Básica Eléctrica del municipio capitalino de La Habana del Este, a raíz de la inquietud del ingeniero Juan Stincer, reflejada aquí el pasado 23 de septiembre.

Entonces Stincer, quien reside en Alamar, alertaba acerca de la necesidad de prever con podas a tiempo de los árboles colindantes con los circuitos eléctricos internos; algo esencial que no siempre se cumple.

En su respuesta, Ubahi señala que en el municipio de La Habana del Este, al cual pertenece Alamar, se dificultan las imprescindibles labores de poda, puesto que «hay muchas redes secundarias e incluso primarias que viajan por los patios de servicio concebidos para ello en el momento de la construcción de las edificaciones, y que hoy se encuentran cerrados por los vecinos del lugar, sin autorización de ningún organismo». Ello impide el acceso a los mismos, donde han sembrado árboles frondosos como aguacate, mango y otros.

Afirma el Director de la OBE que esa entidad ha confrontado problemas, pues los dueños de tales patios han llegado a negar el acceso a los mismos, por los beneficios que desde el punto de vista personal y comercial les reportan. Ello, al extremo de que prefieren la demora del restablecimiento del servicio eléctrico ante una avería que conlleve la poda de los árboles.

Precisa el directivo que se gestiona con el Gobierno municipal el acceso a los sitios más críticos y de mayores afectaciones, y así poder disminuir el número de averías e interrupciones de las redes eléctricas.

Al final, el desorden que implica la apropiación de espacios que eran inicialmente públicos, no justifica que nadie haga valer sus intereses personales en detrimento de un servicio público.

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