Acuse de recibo
Onidia López envía su alerta acerca de lo que están pasando muchas familias de la localidad de Máximo Gómez, en el municipio matancero de Perico, para elaborar sus alimentos. La lectora, quien reside en Martí 12, entre José Antonio Echeverría y Domingo Medina, afirma, que desde el 4 de febrero de 2007 no han recibido el llamado gas de la reserva, que complementa cualquier urgencia, tanto de interrupciones eléctricas como de rotura de los módulos eléctricos instaurados en el país para cocinar. Onidia planteó su queja en el Consejo de la Administración Municipal, y le respondieron que para situar la misma debía presentarse personalmente en Perico, y despachar con el funcionario de CUPET. Onidia trató de hacer ver que ese sería un día fuera de su trabajo, buscando en qué ir y en qué retornar. Además, no es un asunto personal, sino que afecta a muchas familias. Y le respondieron que si el de CUPET no conoce el caso no puede hacer nada. Onidia se pregunta: «¿El de CUPET tiene que esperar a que se le lleve la queja, o él debe chequear, controlar y velar por que se distribuya el gas en el tiempo establecido?». Este redactor agrega: ¿Por qué una administración municipal, que se supone conoce los problemas cotidianos de los electores que la sostienen allí, subestima el reporte o la queja telefónica, en un país con dificultades de transporte? ¿Por qué el 10 de junio pasado, cuando escribió Onidia, no habían dado una respuesta aún a esas familias?
Líos con el pago: Allá en el número 20508 de la calle C, en el reparto El Trigal, municipio capitalino de Boyeros, Armando Alvisa no entiende cómo puede haber irregularidades con el dinero, que retrasan el pago de pensiones en la unidad de Correos H-19, de Calzada de Bejucal y Varona, Arroyo Naranjo. Tanto su esposa, jubilada, como él, beneficiario de la Asistencia Social, confirman que el 28 de mayo pasado, día establecido para sus cobros, no pudieron hacerlos realidad porque no había dinero en la unidad. No lo hubo hasta el 2 de junio, después del mediodía. Les comunicaron que TRASVAL no había distribuido el dinero por demoras relacionadas con el cambio de chequeras y los aumentos. Pero de nuevo, en el cobro correspondiente a julio, que comenzó a efectuarse desde el 26 de junio, no hubo dinero para abarcar a todos los beneficiarios allí. Ellos y otros veteranos tuvieron que esperar hasta el 2 de julio, en la tarde, para recibir sus mensualidades. Ante el malestar de los clientes, la económica del Correos H-19 explicó que ellos dependen del traslado de esos valores, y también informó que hacía semanas que no recibía fondos para hacer efectivos los giros postales. Armando solicita explicaciones. No comprende que algo tan sagrado, sufra esas irregularidades. Y alerta de que se sepa esto por quien debe conocerlo, para que tal violación no se enraíce allí ni se extienda a otros centros de pago.
Gracias a la vida: Santa Segura escribe desde calle 4 número 1, en Los Negros, municipio santiaguero de Contramaestre. Y lo hace para agradecer el empeño y el amor con que le salvaron la vida en la Sala de Terapia Intensiva del Hospital General Orlando Pantoja Tamayo, de Contramaestre; muy especialmente a los cardiólogos Anabel y Peña, que «llenan de esperanza a sus pacientes con la bondad de sus corazones».
Zapatos de minutos: Haydé Castillo, (calle 8 de Noviembre, Edificio 1, apartamento 25, Guaro, municipio holguinero de Mayarí), se compró el 3 de julio pasado un par de zapatos por 90 pesos, en la tienda La Única de su localidad. Al día siguiente, se los estrenó para llevar a su bebé al consultorio médico. Caminó solo dos cuadras y ya los zapatos estaban rotos. En la tienda, el administrador respondió que nada se podía hacer. El esposo de Haydé habló entonces con la subdirectora de Comercio municipal, y la funcionaria le dijo sencillamente que en ese momento no tenía respuesta para el problema. «Entonces, ¿quién tiene la respuesta? Un artículo sin la calidad requerida no debe ser vendido. De lo contrario, alertar al cliente para que luego no se sienta estafado, como me siento yo», señala Haydé con total fundamento. Y espera respuesta. Este redactor sugiere que esa respuesta no quede en solo ir corriendo, acuciados por la revelación, a resolver el problema para el cual antes no tenían solución. Haydé y los consumidores de este país merecen algo más profundo: ¿Por qué se venden esas chapucerías? ¿Por qué tanta desprotección al bolsillo del ciudadano?