Acuse de recibo
El pasado 19 de julio reflejé la queja de Carmen Fernández, de Bellavista 758, en el municipio capitalino de Cerro, acerca de una gran tupición de albañales existente en su calle hace tiempo, la cual provoca que en los baños de varias casas broten las aguas negras.
Señalaba la lectora que cuando la situación se agudiza, van y destupen, pero al cabo del tiempo se repite la historia. ¿Hasta cuándo?
Ahora responde Eduardo Molina, director general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado del Sur, quien reafirma que, «efectivamente, las redes sanitarias del lugar son insuficientes y precisan de una inversión capital no aprobada hasta el momento».
Añade que, como sucede en otros sitios del área que esa entidad atiende, lo que se hace es desobstruir las redes con el carro de alta presión, como mantenimiento correctivo, cada vez que se cargan las líneas. «Diariamente, con los recursos que contamos —puntualiza—, se da solución a estas afectaciones, siendo insuficientes para dar la respuesta que nuestros clientes merecen».
Señala Molina que en este caso se gestionan los recursos necesarios para la rehabilitación de las redes de alcantarillado, y cuando se obtengan nos lo comunicarán.
Agradezco la respuesta, y solo resta alertar que la ciudadanía necesita, al menos, información precisa y fundamentada de por qué no se han aprobado esas inversiones capitales por ahora, cuál es la situación para el financiamiento de este tipo de obras en las deterioradas redes y qué perspectiva hay o no en lo adelante.
La segunda carta es la aclaración de Mayelín Boucourt, divulgadora de la Dirección Provincial de Vivienda en Ciudad de La Habana, a la denuncia de Eric Sierra, reflejada aquí el pasado 12 de agosto.
Entonces Eric, en nombre de las cuatro familias que residen en Habana 214, en La Habana Vieja, señalaba que en los bajos de ese inmueble hay un almacén que pertenece a la Dirección de Deportes del municipio, y permanece cerrado y en pésimas condiciones higiénicas y constructivas, anegado por aguas albañales que contaminan la cisterna del edificio.
«Asegura Eric —señalaba en esa ocasión— que los vecinos han hecho sus trámites, y Deportes manifiesta que no tiene recursos para acometer tal reparación; pero tampoco accedió a las gestiones hechas en el Consejo Popular, para que lo cediera a un organismo que sí lo quería reparar. Ni resuelve, ni deja resolver. ¿Por qué?».
Al respecto aclara la funcionaria que el caso fue investigado por Vivienda de La Habana Vieja, y se pudo constatar que dicho local pertenece a Deportes, razón por la cual no pueden actuar sobre el mismo.
Si Vivienda no puede, entonces tiene que haber alguna institución reguladora que, en nombre de esos vecinos afectados, exija de los dueños del local la atención al mismo o, de lo contrario, su confiscación para buscar una salida a esa crisis higiénico-ambiental.
La queja fue publicada el 12 de agosto, y aún Deportes de La Habana Vieja no se ha dado por aludido.
Las otras dos cartas las envía Marilín Torres, directora municipal de la Vivienda en La Habana Vieja, quien decanta responsabilidad en cuanto a sendas denuncias publicadas aquí el 17 de julio y el 30 de agosto de 2007.
El 17 de julio, Reynol Abelenda, de Compostela 702, en La Habana Vieja, precisaba los daños causados a su vivienda por las obras de restauración del Arco de Belén y el Convento homónimo. Y el 30 de agosto, Miriam López, desde Alamar, fustigaba los perjuicios ocasionados a su familia en Revillagigedo 257, La Habana Vieja, por las vibraciones de una carpintería en los bajos, perteneciente a Puerto Carenas. El piso se hundió, y tuvieron que albergarse hace más de dos años en casa de familiares. A pesar de todas sus gestiones, los que dañaron no han asumido aún la solución de lo que provocaron.
Vivienda de La Habana Vieja aclara que en el caso denunciado por Miriam, es competencia de la Dirección de Vivienda de la Oficina del Historiador de la Ciudad, de conjunto con Puerto Carena. Y en lo de Reynol, corresponde a la Dirección de Vivienda de la Oficina del Historiador de la Ciudad.
Estos dos casos siguen también sin respuesta...