Acuse de recibo
«Sin agua y sin respuestas»: así calificamos aquí, el 1ro. de junio del presente año, la grave situación de suministro de agua en el municipio habanero de Madruga.
Una de los testimoniantes era Alina Trujillo Fundora, residente en esa localidad, quien denunciaba que a veces transcurrían hasta 15 días sin el vital líquido; y sin embargo, los salideros eran abundantes. Al respecto, aseguraba que los organismos responsabilizados con ello no daban una respuesta efectiva en tal sentido.
También los vecinos de la comunidad rural El Mudo, en ese municipio, se quejaban de que desde hacía más de dos años, cuando se quemó la turbina de cuatro pulgadas de ese batey, el agua era prácticamente un imposible. Llevaron otra turbina, de tres pulgadas, pero no cubría las necesidades de toda la comunidad. Muchas visitas de inspectores, comisiones, especialistas; muchas quejas en las asambleas de rendición de cuentas... pero no se resolvía el problema...
Al respecto responde ahora el ingeniero Abel E. Salas García, delegado de Recursos Hidráulicos en la provincia de La Habana, quien manifiesta que ambas cartas reflejaron problemas reales, sujetos a dificultades técnicas con los equipos de bombeo de agua.
En cuanto al pueblo de Madruga, «las causas radican en la imposibilidad de reparar la bomba de fabricación soviética del año 1985, para la cual no existen los componentes requeridos; y la rotura de la otra bomba por una descarga en una fuerte tormenta eléctrica. Ambas forman parte del equipamiento de la fuente de abasto El Roble, responsabilizada con el suministro a Madruga y a otras comunidades aledañas».
Explica el delegado que, al no contar de inmediato con los medios para solucionar estos casos, se buscó la variante de abasto con pipas, con los lógicos inconvenientes que ello creaba. Pero la solución definitiva sobrevino con una nueva bomba en la Estación 1 de El Roble, y una pizarra electrónica donada por la solidaridad internacional para sustituir la existente. También entró en explotación una bomba de pozo profundo en la estación 3, con su correspondiente pizarra electrónica.
Paralelamente, señala, se realizaron trabajos para suprimir los salideros más significativos de la conductora principal, y ya se dan los pasos para, a mediano plazo, habilitar un nuevo pozo que abastezca al poblado Pipián, y comprar 3 000 metros de tubería para enlazar esa fuente con la conductora principal de El Roble.
En cuanto a El Mudo, ratifica que al colapsar la bomba se instaló otra de menor capacidad, lo que incidía en que a los sitios más altos no llegara el agua. Ya el pasado 23 de septiembre se instaló una nueva bomba sumergible con la capacidad para garantizar el servicio a toda la comunidad.
Lamenta Salas las molestias ocasionadas a los pobladores, destaca los esfuerzos que se hacen, muchas veces con obsoletas tecnologías, y al propio tiempo reconoce que si algo falló fue «el no haber sabido comunicar adecuadamente todas las acciones que con tal fin se estaban realizando».
Moraleja: es tan importante hacer como informar lo que se hace.