Ernest Hemingway vivió en Finca Vigía —a unos 30 minutos del centro de La Habana—, los últimos 22 años de su vida. Cuando se instaló estaba a punto de concluir Por quién doblan las campanas (1940)
El llamado consumo mínimo, esa cantidad de dinero que se abona para acceder a un cabaret o club, es más antiguo de lo que somos capaces de imaginar
Arsenio Rodríguez quedó ciego desde los ocho años. En Güines, jugaba en la calle con un amiguito cuando un caballo lo pateó en pleno rostro, afectando su visión para siempre
El habanero de extramuros vivía prácticamente en la calle, después de la cena, tomaba el fresco y hacía tertulia en los portales
Muralla era la calle comercial por excelencia, aunque también tenían importancia Mercaderes y Oficios, así como otras vías transversales y próximas
Del diario El Mundo salió, en 1959, el embajador Carlos Lechuga, y no por eso se perdió al periodista y autor de los libros Itinerario de una farsa y En el ojo de la tormenta
Fue el segundo conde un gran protector de las ciencias y de la artes, conocedor y coleccionista de pinturas