Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Pasión auténtica de las Pequeñas Ligas

La recién culminación de los torneos domésticos de las categorías infantiles demostraron porque el béisbol es nuestro deporte nacional

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

Quien quiera sentir la pasión más sincera por la pelota, que vaya a presenciar un partido de las Pequeñas Ligas. Allí la entrega de los niños y la vergüenza deportiva se fusiona con una sana rivalidad que cautiva.

El estadio Juan Ealo, de la Ciudad Deportiva, y el infantil de la capital villaclareña, fueron testigos el pasado fin de semana de ese sentimiento auténtico por el béisbol, durante la final de las Pequeñas Ligas.

A grada llena y a ritmo de la conga, los equipos locales alzaron el título frente a su afición: Santa Clara en la categoría 9-10, y La Lisa en la 11-12. Poco importa el marcador en ambos casos, porque los números en estas edades no lo dicen todo.

En el terreno Juan Ealo, por ejemplo, quedó la felicidad de los campeones, mientras a la sombra, cabizbajos, la vergüenza santiaguera era consolada con un abrazo de los vencedores. Esos son, justamente, los valores sinceros que engrandecen a las Pequeñas Ligas y al deporte. 

Pareciera romántico decir que, en estos casos, quien siempre sale ganando es nuestro pasatiempo nacional, pero resulta cierto. Aunque del Beisbolito salió un solo monarca de la categoría, en la práctica son los niños, el deporte y la familia los que alzan una copa que señala al futuro.

Fotos: Favio Vergara

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