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Seis morenas de oro

Las Morenas constituyen el único colectivo de la mayor isla del Caribe que atesora tres cetros consecutivos en justas estivales (Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sidney 2000)

Autor:

Osvaldo Rojas Garay

Hace algunos días al cumplirse 30 años del gran triunfo de las Espectaculares Morenas del Caribe en el 12mo. Campeonato Mundial Femenino de Voleibol realizado en Brasil, en 1994, rememoramos la hazaña del elenco criollo que se impuso en esa cita ¡sin perder un set!

Ese resultado fue uno de los principales logros que marcó la época dorada de las voleibolistas cubanas en la década de los 90 del pasado siglo, un período que parece irrepetible por las actuales exponentes del deporte de la malla alta en el país, que han visto cómo se les han escapado todos los títulos importantes en la categoría de adultos en competencias de envergadura.

Las Morenas constituyen el único colectivo de la mayor isla del Caribe que atesora tres cetros consecutivos en justas estivales (Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sidney 2000), porque el béisbol también acumula tres metales áureos, pero no fueron sucesivos.

A la mencionada tríada de medallas de oro se les añade dos coronaciones en certámenes del orbe (1994 y 1998). Para conseguir ese quinteto de torneos importantes 20 voleibolistas integraron alguna vez el plantel criollo, 17 de ellas se proclamaron campeonas olímpicas y mundiales, pero solo seis estuvieron en todas las nóminas laureadas.

Las miembros del Salón de la Fama del Voleibol Internacional, Regla Torres Herrera y la camagüeyana Mireya Luis Hernández, lideraron esa extraordinaria generación y si alguien lo duda basta señalar que ambas discutieron hasta el último momento la condición de mejor jugadora del pasado siglo a nivel mundial, que finalmente recayó en la capitalina.

Mireya llegó a los 16 años al equipo Cuba en los Juegos Panamericanos de Caracas 1983, luego se convirtió en la capitana del conjunto y la atacadora más espectacular del mundo.

Mireya Luis Hernández. Foto: Archivo de Juventud Rebelde.

Regla era una voleibolista universal que tanto en la porfía planetaria de 1994 como en la de 1998 resultó la más valiosa y la mejor bloqueadora. Su atractiva figura la convertía en centro de atención cada vez que las dirigidas por el difunto Eugenio George Laffita salían a jugar.

Junto a Regla y Mireya completaron el sexteto que intervino en toda  la exitosa cadena en olimpiadas y mundiales, la zurda Regla Bell McKenzie, la pinareña Marlenis Costa Blanco, la habanera Lily (Lilia) Izquierdo Aguirre y Ana Ibis Fernández Valle, quien posee la particularidad de ser, junto a las judocas Driulis González Morales e Idalys Ortiz Bocourt, las tres deportistas cubanas que atesoran cuatro preseas olímpicas, pues a los tres cetros estivales sumó una medalla de bronce en Atenas, 2004.

Como dato curioso, Idalmis Gato Moya formó parte de las selecciones que subieron a lo más alto del podio olímpico en tres oportunidades, pero le faltó la corona mundial de 1998, mientras que la villaclareña Mirka Francia Vasconcelos participó en la conquista de las dos diademas universales, pero no acudió a la Olimpiada de Barcelona.

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