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Aquella primera vez

Coincide la celebración de la ronda de este jueves en la 45ta. Olimpiada de ajedrez con el aniversario 85 de la culminación de la octava cita realizada en Buenos Aires, Argentina, del 24 de agosto al 19 de septiembre de 1939

Autor:

Osvaldo Rojas Garay

Coincide la celebración de la ronda de este jueves en la 45ta. Olimpiada de ajedrez, que se desarrolla en Budapest, Hungría, con el aniversario 85 de la culminación de la octava cita realizada en Buenos Aires, Argentina, del 24 de agosto al 19 de septiembre de 1939, la cual fue testigo de la primera incursión de un equipo cubano en estas lides, que con nuestro único campeón mundial en el juego ciencia, José Raúl Capablanca y Graupera en la silla principal, se situó en la oncena plaza entre representantes de  27 naciones, aunque Inglaterra se retiró de la ronda final, debido al comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

Fue la primera Olimpiada que se efectuó fuera de Europa y se considera la última competencia oficial de Capablanca, quien, en la etapa final del evento, única valedera para los lauros individuales, concluyó invicto, con seis triunfos y cinco divisiones del punto, lo que le reportó la medalla de oro en el primer tablero, con 8.5 unidades en 11 cotejos, para un 77 por ciento de rendimiento.

En tanto su enconado rival, el ruso nacionalizado francés Alexander Alekhine, archivó 7.5 de diez, para un 75 por ciento, y el letón Vladimirs Petrovs, con 9.5 de 13, resultó el tercer mejor defensor del sillón principal.

En el certamen bonaerense los planteles participantes se ubicaron en grupos preliminares, de los cuales los cuatro primeros lugares avanzaban a la fase final, mientras los restantes elencos disputaron una final B.

La mayor isla del Caribe logró acceder a la final, al ocupar el cuarto puesto de su apartado, con 35 rayitas, detrás de Suecia, que sumó 40 unidades, Estonia, 38.5, con una brillante actuación de Paul Keres, que salió airoso en todas sus partidas, excepto la que sostuvo con Capablanca, que terminó en tablas, en tanto Palestina fue el tercer clasificado en esta llave, al acumular 36.5 puntos.

En la vuelta decisiva, Alemania se alzó con el título, al archivar 36 rayitas, escoltada por Polonia, dueña de 35.5, y Estonia, con 33.5. Para Cuba (22.5), como adelantamos, fue la oncena plaza su ubicación conclusiva en su estreno en estas citas del tablero escaqueado, con un equipo en el que además del extraclase Capablanca, figuraron Alberto López, Miguel Alemán, Rafael Blanco y Francisco Planas.

Esa actuación en Buenos Aires, en 1939, se mantuvo como la más sobresaliente de los trebejistas cubanos por espacio de 43 años, hasta que, en Lucerna 1982, ocuparon el noveno peldaño. Posteriormente, en Novi Sad 1990, se situaron en el séptimo escaño, en lo que constituyó su mejor labor en estas confrontaciones, récord igualado después en Calviá 2004 y en Tromso 2014.

En cuanto a las mujeres, pienso que van a tener que esperar bastante tiempo para empatar o superar el cuarto lugar conseguido en 2010, en la ciudad rusa de Khanty Mansiysk.

Durante la Olimpiada organizada en la capital gaucha, un niño de 11 años estuvo al tanto de lo que ocurría en la magna confrontación. El pequeño creció, se unió a los expedicionarios del yate Granma, se convirtió en Comandante y después, en la Cuba revolucionaria, en el acto de premiación de los vencedores del campeonato de ajedrez, en el Ministerio de Industrias, recordó: «Las primeras noticias que tuve de la existencia de Cuba fue a través del gran ajedrecista José Raúl Capablanca, cuando el campeón cubano visitó la Argentina». Ese hombre, apasionado del juego ciencia fue Ernesto Guevara de la Serna, o simplemente el Che.

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