Ángel Peña. Autor: Tomada de Cubadebate Publicado: 14/09/2024 | 08:13 pm
En la edición del pasado 22 de agosto rememoramos el juego perfecto logrado por Lázaro Valle Martell frente a Corea del Sur en la Copa Intercontinental celebrada en Puerto Rico en 1989.
Vuelvo sobre el tema para recordar a otros lanzadores cubanos que han protagonizado la hazaña, una de las más difíciles de rubricar, tal es así que en la larga historia de las Grandes Ligas hasta el 2023 solo se habían registrado 24 encuentros en los que los serpentineros dominaron a todos los bateadores adversarios.
En las series nacionales transcurrieron 37 años para que Maels Rodríguez Corrales, nativo de Cacique, que comenzó su carrera en la localidad de Báez, Placetas, acuñara el primero el 22 de diciembre de 1999 contra Las Tunas en el yayabero estadio José Antonio Huelga.
Casi 24 años más tarde, el 17 de abril de 2023, el zurdo Geonel Gutiérrez, de los Cazadores de Artemisa, se acreditó el segundo choque de estas características, a costa de Industriales en un partido que solo duró cinco innings, porque se decidió por la vía del supernocao, con pizarra de 15 carreras a cero.
La poca cantidad de capítulos generó polémica, pues muchos seguidores de la pelota argumentaban que en las Grandes Ligas para que un juego sea considerado perfecto debe tener al menos nueve entradas completas, por lo que los acortados por el clima o que no lleguen a los nueve episodios por cualquier razón no cuentan oficialmente en esa estadística, pero finalmente al artemiseño se le reconoció y se unió a Maels como los únicos tiradores que han protagonizado este hecho en los campeonatos nacionales.
Si lanzar un juego perfecto es una tarea harto difícil, imagínense lo que significa tirar dos en poco más de un par de meses, como hizo Dalier Hinojosa en el 2010.
El miércoles 4 de agosto del mencionado año, Cuba apaleó a Sri Lanka, por nocao, catorce a cero, en el 5to. Campeonato Mundial Universitario con sede en varias ciudades niponas.
Hinojosa no permitió que nadie le entrara en circulación y sacó dieciséis de los veintiún outs por la vía de los strikes. El 27 de octubre de 2010, por coincidencia también miércoles, el exmonticulista de la Gran Carpa volvió a lanzar perfecto, en esta ocasión contra Hong Kong, en un desafío correspondiente a la 17ma. Copa Intercontinental, efectuada en Taichung, Taipéi de China.
Dalier Hinojosa. Foto: Archivo de JR
No faltaron los que cuestionaron la calidad de los rivales frente a los cuales Hinojosa rubricó su hazaña, pero, independientemente del contrincante que sea, dos juegos perfectos en poco más de dos meses constituyen una proeza.
Hay otros tiradores cubanos que también alcanzaron la perfección en algún partido en distintos niveles del béisbol; aunque no sean los únicos, recordemos varios de esos hombres.
El 30 de junio de 1972 Andrés Ayón Brown tuvo la suerte de archivar un choque de esta naturaleza en la Liga Mexicana de Béisbol frente a los Sultanes de Monterrey, que duró siete entradas.
También Diego Seguí protagonizó un juego perfecto en la Liga Mexicana en siete capítulos, al no permitir que ninguno de los bateadores de Tecolotes de Nuevo Laredo le entrara en circulación el 21 de junio de 1978.
De igual manera, el 28 de julio de 1991, en ocasión de la 7ma. Copa José Antonio Huelga desarrollada en Sancti Spíritus, el guantanamero Osvaldo Duvergel se cubrió de gloria al retirar por su orden a todos los bateadores del equipo de Perú en el estadio Mártires de Cabaiguán, en un partido que finalizó por nocao en siete capítulos, 11 carreras a 0.
Esta es una fecha señalada en el béisbol mundial, pues se lograron dos encuentros de esas características en escenarios diferentes, porque, en las Grandes Ligas, el nicaragüense Dennis Martínez, de los desaparecidos Expos de Montreal, realizó igualmente la hazaña al dominar a Chris Gwyn, el último bateador de los Dodgers de los Ángeles, en un partido que concluyó dos carreras a cero.
De esta manera, Martínez, quien se apuntó 245 éxitos en las Ligas Mayores, se convertía en el primer serpentinero latinoamericano en acreditarse un juego perfecto en el mejor béisbol del mundo.
En categorías inferiores, tal vez el más conocido sea el de Héctor Olivera González, quien posteriormente se convirtió en uno de los mejores bateadores designados del país. El oriundo de Cruces, Cienfuegos, logró el gran sueño de todos los lanzadores contra los hondureños, al derrotarlos, 18 carreras a cero, el 10 de octubre de 1970 durante el mundial juvenil celebrado en Maracaibo, Venezuela.
Olivera propinó doce ponches y aportó a su histórica victoria tres inatrapables en cinco veces al bate. Osvaldo Farías, de cuatro-cuatro, entre ellos, un jonrón dentro del terreno y Pedro Medina, de tres-dos, también descollaron a la ofensiva.
Cuatro años más tarde, el 10 de septiembre de 1974, igualmente en un mundial juvenil, con asiento en Venezuela, el holguinero Gerardo Hernández imitó a Olivera y registró el suceso frente a Antillas Neerlandesas, 9 carreras a cero. En ese encuentro la sacaron del parque Luis Giraldo Casanova, Jesús Pons y Alberto Charles.
En agosto de 1994, Ángel Peña García, un espirituano que sumó 135 sonrisas en series nacionales, protagonizó la hazaña ante Costa Rica, 8 a cero, en la séptima jornada de la justa del orbe, categoría 15-16 años, que se efectuó en Mazatlán, México.
Cerca de la perfección
Varios lanzadores se han quedado cerca del juego perfecto, como le sucedió al zurdo Omar Ajete Iglesias en los Juegos Panamericanos de Indianápolis, en un desafío en el que Cuba noqueó a Venezuela, 13 a 1, el 14 de agosto 1987.
En el séptimo inning, el vueltabajero retiró a Edgar Tovar de segunda a primera y ponchó a Pedro Frías. A continuación, vino a empuñar José García por el lesionado Jesús Cartagena y en conteo de dos strikes y tres bolas, Ajete tiró una curva que no rompió, provocando que el bateador entrara en circulación por pasaporte, después Jesús Borja disparó roletazo por el campo corto, Giraldo González pasó la bola a la intermedia defendida en ese momento por Omar Linares, que pifió y posteriormente Miguel Castañeda se acreditó un sencillo, que le rompió el cero jits cero carreras y la lechada al pinareño.
Un comprovinciano de Ajete, el estelar Pedro Luis Lazo, el pitcher más exitoso en series nacionales con 257 victorias, no pudo siquiera apuntarse ningún partido de cero jits, cero carreras en series nacionales; sin embargo, en 1995 estuvo a un out de completar un juego perfecto, pero el tunero Juan Miguel Gordo le quitó el sueño con un sencillo, para estropearle la posibilidad de habérsele adelantado a Maels Rodríguez, pues hubiera sido el primer partido de ese tipo en nuestros torneos beisboleros.
En marzo del 2010, el derecho avileño Alien Mora estuvo a un strike de propinarle juego perfecto a Guantánamo, pero el noveno bate de los Indios del Guaso, Leonelkis Escalante, le aguó la fiesta con imparable a la banda izquierda, aunque los Tigres terminaron imponiéndose, 3 a cero.
El 5 de noviembre del 2018, otro avileño, Dachel Duquesne perdió la oportunidad contra los Leones de la capital nada menos que en el Coloso del Cerro. Retiró a 25 bateadores consecutivamente, pero cuando faltaban dos outs para redondear la hazaña, Wilfredo Aroche le rompió el encanto con un cañonazo por el centro del terreno.