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Herencia alrededor de la intermedia

Padre e hijo de los Cachorros de Holguín, a las puertas de convertirse en otra dupla que coincida en nuestras series nacionales

Autor:

Nelson Rodríguez Roque

HOLGUÍN.— Quienes vimos a Yordan Manduley en sus inicios, lo recordamos como un joven disciplinado, que solía llegar a los entrenamientos con audífonos acoplados a un reproductor. Ocurrieron «avances» temprano en la prometedora carrera por desarrollar, quizá en la cúspide durante la etapa en que, entre otras actuaciones, fue el torpedero del equipo Cuba, frente a los Tampa Bay Rays, en 2016.

¿Qué opinará pronto el holguinero si, junto a su hijo, aparece en la Serie Nacional 63? ¿Tendremos entre ellos alguna combinación alrededor del segundo cojín? ¿Se inventarán pasarse la pelota con el guante o de espaldas? ¿Quién empujará primero al otro desde el cajón de bateo? Valoraremos más adelante, aunque ya ambos figuran en la nómina de 40 peloteros en la actual temporada.

De Yordan Manduley Jr. refiere su padre: «En su categoría va siendo un jugador muy similar a mí. No es un bateador de poder, pero sí de contacto y average. A la defensa tiene buenas manos y puede moverse en el cuadro por sus distintas posiciones. Aunque sobresalen sus habilidades defensivas, en el nivel de series nacionales debe trabajar la parte física».

Así logrará imponerse más rápido, apunta el estelar paracortos, quien añade: «Entre mayores los lanzadores tiran con superior velocidad y repertorio, por ello también a la ofensiva buscará adaptarse y mejorar. Y como en los jardines lo han probado en las filas juveniles en los campeonatos nacional y provincial, va evolucionando como indica el béisbol moderno, que premia la versatilidad, aumentando el tiempo de juego y las oportunidades. Creo que sus posibilidades en el campo corto y como segunda base le permiten ir a los jardines con más seguridad».

En casa intercambian y Manduley padre transmite que un pelotero necesita estar concentrado en el juego ciento por ciento: «Si eso se cumple siempre todo saldrá. Le hablo de aplicar inteligencia y picardía en el mejor sentido. Un juego se te hace fácil interpretando situaciones e informaciones. Él escogió el béisbol y le gusta, así que no puede permitir desconcentraciones».

Acumula Manduley Jr. (16 años de edad), con el actual campeonato nacional juvenil (detenido hace unos días) dos eventos de esa categoría por lo que le resta otro por disputar, que se incluiría entre las varias particiones con elencos nororientales en competiciones infantiles.

«En sub-15 fui miembro de la preselección del país y aspiro integrarme a la sub-18, que todavía no se ha anunciado. Me iba bien en el torneo juvenil, bateando alrededor de .300 y a la defensa solo tenía dos errores en tres subseries, así que espero que me llamen», expresa el alumno de 11no. grado de la EIDE Pedro Díaz Coello, mientras el receso entre turnos docentes le permite conversar.

Juega ahora más como shortstop, pero también en segunda y tercera bases, y hasta los jardines, pues el año pasado patrulló el izquierdo y el central. «Mi papá se comunica mucho conmigo, hablándome de pelota y de mi futuro. En la computadora vemos juegos donde él se ha desempeñado y voy al estadio Calixto García a apoyarlo con los Cachorros. Si anda por una liga foránea, un evento internacional con la selección cubana o de refuerzo acá, no me pierdo su presencia, desde internet o la televisión. Entrenamos juntos y hasta competimos a veces para buscar quién fildea más», agrega.

Y con Holguín lo acompañó ya en la preparación de cara a la Serie 63, e igualmente en partidos internos y topes contra Guantánamo, en los cuales estuvo en la intermedia, conectó un triple y corrió las bases como sustituto.

«Toda la familia ansía vernos en el equipo nuestro —afirma—. Mi tío Ángel Luis Manduley también fue pelotero de series provinciales y ligas azucareras, por eso me da consejos. Creo que soy mejor defensor, mas me gusta batear (empuña a la derecha). Mi papá ha querido que coincidamos en el mismo plantel hace tiempo, por eso igualmente se ejercita con rigor.

«La combinación de él y Arruebarrena fue superdestacada en la última Liga Élite, hacían todo espectacular. Sigo en el campocorto lo que hizo Derek Jeter o hace Trea Turner. El profesor Lugdis Pineda (mentor de los Cachorros en la campaña en curso) es magnífico como entrenador, pero mejor persona. Me ha dirigido en escolar y juvenil, y lo conozco bastante».

Esta sería una de las dos duplas de padre-hijo por concretarse en el torneo recién inaugurado —la otra es la de los tuneros Yordanis Alarcón y Yor Alexander—. En la familia, como en todo Holguín, hay mucha expectativa por verlos jugar juntos. 

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