Bajo techo y a corta distancia, a unos tres metros, los arqueros de la selección nacional cubana tenzan sus arcos y disparan calmados, dóciles, en uno de los pasillos laterales de la escuela Giraldo Córdova Cardín, al este de La Habana. Así repiten los movimientos cientos de veces durante dos sesiones de entrenamiento, para ir perfeccionando en estas primeras jornadas de enero la difícil técnica.
Pronto esa dinámica cambiará cuando se intensifique la preparación y la comodidad de la sombra sea sustituida por el radiante sol caribeño, con disparos a 70 metros (distancia olímpica) en los terrenos de la propia escuela Cardín.
Atrás han quedado las buenas sensaciones alcanzadas, primero, en los Juegos Centroamericanos de San Salvador, y luego en la cita continental de Santiago de Chile en octubre último. Ahora el objetivo fundamental, según explicó a JR Vladimir Quintas Barrios, jefe de entrenadores de la disciplina, está encaminado directamente a obtener uno de los cupos para la justa olímpica a celebrarse el próximo verano en París.
Ese camino hacia la «Ciudad Luz» será rocoso y difícil, pero no imposible. Al referirse al torneo clasificatorio olímpico continental previsto para la ciudad colombiana de Medellín, entre el 7 y 14 de abril, donde Cuba debe participar con sus equipos completos de arco recurvo, Quintas Barrios precisó que la batalla será fuerte desde el punto de vista competitivo.
Y es que en la región países como México, Canadá, Chile o Estados Unidos presentan un alto nivel mundial. Pero muchos de ellos ya tienen atletas clasificados a los juegos bajo los cinco aros, por lo que Cuba puede ser un contendiente de peso para llevarse uno de los restantes cupos en disputa.
Hasta el momento, dijo, como parte de la preparación previa al evento de Medellín, esperan participar en el mes de marzo en una competencia en Maricá, Brasil. Trataremos, aclaró, de llevar ahí como prioridad el equipo masculino de arco recurvo, pues sus tres miembros hoy tienen las mayores posibilidades de alcanzar el ansiado boleto olímpico. Los muchachos están muy bien estructurados, comentó, y combinan la experiencia de Hugo Franco con el ímpetu de dos jóvenes arqueros como Juan José Santiesteban y Javier Vega, que ya vienen dando pasos firmes en el área.
En el caso del equipo femenino de arco recurvo, enfatizó, el panorama es distinto, sobre todo, porque no se ha podido reconstruir de manera exitosa tras la salida de atletas importantes de la selección. En ello influye, afirmó Quintas Barrios, que desde 2019 no se celebra un campeonato nacional juvenil de la disciplina, que es en definitiva de donde sale la reserva.
Aunque las experimentadas Maydenia Sarduy y Larissa Pagán tienen las condiciones para cumplir una buena competencia clasificatoria, las potencialidades reales son menores. Este tipo de certámenes son muy tensos y, siendo justo, cualquier cosa puede pasar, significó.
En Medellín se disputarán, primero, dos plazas individuales en ambos sexos, donde entran los países sin atletas clasificados aún a los Juegos Olímpicos en el área panamericana. Posterior a ese evento, y en la propia ciudad colombiana, quedará otra posibilidad de clasificación por equipos. Según enfatizó el jefe de entrenadores de la disciplina, al menos una plaza como deporte están en condiciones de poder alcanzar rumbo a París.
Desde los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, hasta la cita de Río de Janeiro en el año 2016, el tiro con arco estuvo presente ininterrumpidamente en las ediciones bajo los cinco aros, y en Beijing 2008, el mejor arquero cubano de todos los tiempos, Juan Carlos Stevens, logró ocupar un histórico quinto lugar dentro del olimpo.