Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Paradojas de Cuba en el Mundial de Béisbol sub-23

El décimo lugar y saldo de 5-3 obligan a hacer ajustes en la lectura de lo sucedido

Autor:

Norland Rosendo

Cuba se despidió de la Copa del Mundo de béisbol sub-23 con un inaudito lugar 10 entre doce equipos, y sin embargo, su saldo de cinco éxitos y tres derrotas fue de los mejores conseguidos por una selección nacional en los últimos tiempos.

Así de paradójico es el resultado de esta pléyade que vivió dos rachas en la justa. Primero sufrió todos los reveses de un tirón y cuando parecía que el desastre iba a ser mayor, reaccionaron en la fase de grupos con dos éxitos que casi les sirven para cumplir el propósito de avanzar a la superronda.

El par de triunfos, nada menos que ante México y Australia, medallistas en ediciones anteriores de citas mundiales de esta categoría, hubiesen servido, pero su balance de carreras anotadas y permitidas no les dio la cuenta cuando sacaron la calculadora para decidir el quíntuple empate.

Se quedaron cortos en las vueltas y permitieron algunas por pifias de libros y de mente que decidieron su suerte: ir a la ronda de consuelo y sus dos víctimas seguirían camino a las medallas.

En la segunda instancia del torneo, a la que llegaron con balance de 0-2, entre los peores, mantuvieron la seguidilla exitosa imponiéndose a los tres adversarios del otro grupo, incluido Venezuela, el campeón de 2021.

Pero la racha no sirvió de mucho, ya el mal estaba hecho. Para la historia queda un titular de prensa nada plausible: Cuba, décimo puesto.

Lo sucedido confirma la tesis del sabio José Manuel Cortina, para quien el principal problema de las selecciones nacionales es de adaptación. Dice el maestro que nuestros equipos hacen los ajustes en medio de las competencias y ahí radica, a su juicio, que tengan tan malos arranques.

Como hablamos de torneos cortos, es difícil voltear definitivamente la situación por mucho que se ganen juegos después. Hay que asegurar una preparación que garantice comenzar los eventos arriba y no abajo.

La dirección del equipo hizo varios ajustes en el lineup buscando una reacción colectiva que nunca llegó y manejó el bullpen con el estrés que significa estar casi siempre con el marcador adverso o empatado.

Otra vez el terreno demostró que el béisbol se juega cada vez más con los «músculos» de los hombros hacia arriba. El enfoque de la mente para resolver las situaciones de juego es tan clave como la técnica para ejecutar el swing.

Ahora vendrán los análisis, las explicaciones y quizá pague las culpas el mentor y su cuerpo técnico, pero también hay que buscar las causas fuera de las dos rayas de cal, en las oficinas, donde se gestiona qué hacer y cómo hacerlo. Con más o menos ciencia. Con más o menos expertos de terreno y laboratorio.

En los tiempos que corren muchos juegos de béisbol se ganan antes del play ball.

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