La agramontina fue una de las mejores artilleras del plantel cubano en la lid peruana. Autor: Cortesía de la entrevistada Publicado: 22/03/2022 | 09:49 pm
Siempre quedará la incertidumbre de qué hubiese ocurrido de no haber anulado los jueces, injustamente, ese último gol del equipo cubano femenino de polo acuático ante Argentina, que empataba el choque, el domingo 13 de marzo, en la Copa Intercontinental de la Liga Mundial de Waterpolo FINA, que aconteció en Lima, Perú. Solo había dos opciones: el plantel antillano quedaba sin boleto para el Campeonato Mundial —lo que sucedió— o continuaba luchando su clasificación en ese partido frente a las sudamericanas.
Juventud Rebelde conversó con la camagüeyana Mairelis Zunzuneguis, miembro de ese elenco y autora de seis dianas en la justa peruana, y una de las jugadoras más destacadas en la historia del polo femenino cubano, con un palmarés como portera que incluye cuatro certámenes del orbe y la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007.
—Tú, que estuviste muy cerca de esa polémica jugada, ¿qué puedes decir?
—Como muchas veces, nos golpeó la inexperiencia en torneos internacionales, en los que muy pocos nos apoyan. Cuando se pone en duda una jugada muy pareja, siempre benefician al otro equipo. Para mí fue un golazo, yo era la que estaba con el balón y esperé a que estuviera finalizando el tiempo para tirar. Miré el cronómetro y cuando disparé quedaban cuatro segundos, y en cuanto cogió la pelota Dalia Grau —artífice del controversial gol— y anotó, restaban dos segundos.
«Las muchachas se entregaron, que no quepa la menor duda, lo que no salieron las cosas como queríamos, pero por falta de entrega no fue. Batallamos hasta el final con un conjunto joven, casi la mitad de las integrantes nunca había participado en un evento internacional. Espero que no caigamos en el olvido por no poder clasificar al Mundial, después de tanto luchar para ir al certamen, pero el deporte es así, a veces se gana, otras se pierde. De las derrotas solo queda ganar experiencia».
—Portera titular de la selección nacional durante muchos años, ahora te vimos a la ofensiva, anotando seis goles. Háblanos de este cambio, ya estabas retirada.
—Yo estaba de entrenadora de la selección, pero el equipo es muy joven y el preparador principal Jorge del Valle habló conmigo para que apoyara al plantel en lo que pudiera. Como soy coach de las porteras, no iba a tronchar el futuro de una de mis alumnas, porque al ir yo de portera se quedaría fuera una de ellas y no creo que fuera justo.
«En el campo había mucho hueco y a mí siempre me ha gustado jugarlo y defender en cualquier posición. Me atreví en esta Liga Mundial y fue una bonita experiencia, toda mi vida he protegido los tres palos de la puerta».
—¿Cómo surgió esta oportunidad de poder insertarte en el colectivo técnico del equipo nacional femenino?
—Cuando acabé los Juegos Panamericanos de Lima 2019, Raimundo de la Fuente, quien era entrenador del equipo, tenía un contrato en Guatemala y me preguntó si me gustaría quedarme como entrenadora, y me pareció bien. La carrera deportiva llega hasta un momento y la vida continúa, aunque en mi caso regresé a las piscinas en otra función. Este deporte lo llevo en la sangre. Sigo aprendiendo toda la parte metodológica y me gusta también transmitirle mis experiencias a la juventud.