Los recientes resultados de la cienfueguera han reavivado las esperanzas en el renacer de una prueba que ha cosechado grandes premios. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 26/02/2022 | 10:05 pm
Cuando uno escucha cómo llegó al atletismo Yiselena Ballar, joven cienfueguera que ahora mismo es el principal talento cubano en la jabalina para damas, no puede menos que recordar alguna de esas historias de superhéroes que ha visto en el cine o la televisión.
«Mi carrera deportiva comenzó con un solo lanzamiento cuando aún estaba en 2do. grado de la primaria. Estaba haciendo Educación Física en un área de la escuela Juan Suárez del Villar, mientras que del otro lado estaban varios muchachos recibiendo clases de atletismo.
«Entonces sucedió que a uno de esos muchachos se le escapó la pelota con la que entrenaba y vino a caer justo a mis pies. Su profesor me pidió que se la lanzara de vuelta y yo lo hice, aunque la tiré tan duro que el entrenador tuvo que correr muchísimo para poder recuperarla.
«Al ver la fuerza que yo tenía, el profe vino y me dijo que estaba buscando una persona como yo, así de alta y con esa capacidad de lanzar tan duro, para practicar el deporte del campo y pista. Yo le dije que sí y luego hablamos con mis padres, quienes me dieron todo su apoyo y por ahí inicié mi recorrido en el deporte», confesó en exclusiva con Juventud Rebelde.
Luego de ser captada, y aunque era bastante pequeña, comenzó a mejorar su físico y a dominar los rudimentos del deporte rey. Pronto ganó sus primeras medallas en las carreras cortas con obstáculos, los saltos de altura y longitud, el lanzamiento de pelota y los 1000 metros planos. No obstante, los que la veían notaron desde ese entonces que su futuro no estaba en la pista, sino en el campo, intentando enviar lo más lejos posible alguno de los implementos.
Pasaron aproximadamente siete años en las categorías infantiles, hasta que ascendió a la EIDE y allí la recibió Herminia Bouza, quien eventualmente terminaría por convertirse no solo en una de sus preparadoras más importantes, sino en una suerte de segunda madre.
«En la EIDE tuve que decidirme por un implemento y con la guía de Herminia escogí la jabalina. A partir de entonces también tuve un recorrido bueno, con varios campeonatos nacionales en mi grupo de edad y así poco a poco me gané el derecho a ascender al equipo de mayores en el cual Xiomara Rivero, una de mis ídolos junto a Osleidys Menéndez, se convirtió en mi nueva profesora».
Desde su llegada al capitalino Estadio Panamericano en 2019, las marcas de Yiselena fueron progresando de forma consistente. Ya en marzo de 2020 llegó a tirar hasta los 57.46 metros en una prueba de confrontación y el 21 de mayo del año siguiente, en un evento similar, superó la barrera de los 60, al hacer volar su jabalina hasta la distancia exacta de 60.84 metros.
Durante el resto de 2021, volvió a sobrepasar esa cota en el mes de junio (60.73 m) y también por ese tiempo sumó a su palmarés otros envíos cercanos de 59.79 m, 59.58 m, 59.39 m y 58.43 m, por citar los más notables. En base a estos resultados, viajó a Nairobi, Kenia, como una de las favoritas para el podio del Campeonato Mundial de Atletismo para menores de 20 años.
Si bien los registros alcanzados el 19 de agosto de 2021 en el Centro Internacional de Deportes de Kasarani no estuvieron cerca de los que poco antes había obtenido en La Habana, en este, su primer evento internacional de relevancia, Ballar sí aprovechó la oportunidad y se agenció el bronce gracias a un envío de 55.48 metros en su penúltimo intento. Ese día la cubana se ubicó por detrás de la campeona Adriana Vilagoš (61.46 m), de Serbia, y de la griega Elina Tzengko (59.60 m).
Meses más tarde, la joven jabalinista asumió un nuevo reto de peso cuando le tocó participar en la primera edición de los Juegos Panamericanos Júnior, lid multideportiva continental que fue acogida por Cali y otros territorios del departamento de Valle del Cauca, además de la ciudad de Barranquilla, situada en el noreste de Colombia.
El 3 de diciembre pasado, en el estadio Pascual Guerrero de la urbe caleña, Yiselena logró un lanzamiento de 57.14 metros, válido para adelantar en el podio a la local Valentina María Barrios (51.46 m) y quedar como escolta de la ecuatoriana Juleisy Anahí Angulo, quien se alzó como ganadora luego de impulsar su implemento a 58.26 metros de la línea de partida.
«Llegué a Cali un poco cargada físicamente, pero di lo mejor que tenía y salieron bien las cosas. Tanto ese como el de Nairobi fueron momentos de gran aprendizaje y me dejaron claro que tenía que seguir trabajando para poder entrar realmente en la élite de mi disciplina a nivel mundial».
Recién cumplidos sus 19 años el pasado 12 de enero, ya tiene en mente el 2023, año en el que coincidirán por primera vez en la historia los Juegos Centroamericanos y del Caribe con los Panamericanos. De cara a ese reto doble, tiene muy claro en dónde debe centrarse para poder aspirar a competir seriamente con las mejores atletas de América
«Actualmente estoy trabajando fuerte en la técnica del implemento, que tiene muchos elementos complicados de dominar. El ritmo de los cinco pasos, el esfuerzo final y la rotación son los puntos que aún debo seguir puliendo para poder sacarle el máximo a mis capacidades», explicó la cienfueguera.
Para Yiselena Ballar las motivaciones naturales de todo atleta quedan en una suerte de segundo plano. Por supuesto que esta joven aspira a usar su jabalina para ganarse un puesto en el Olimpo deportivo, pero además de ello siente un deber especial para con su familia.
«Mis padres han sido los mejores que alguien podría desear y por esa razón intento estar a la altura de todos los esfuerzos que han hecho para llevarme hasta donde estoy. Ellos son mi razón fundamental para dar el máximo. Hacerlos sentir orgullosos es lo más grande del mundo para mí».