TOKIO.― Como padre e hijo andan por el mundo los tiradores Leuris Pupo y Jorge Félix Álvarez, quienes han llegado a esta ciudad con un sueño a punta de pistola: compartir juntos una final olímpica.
Para el atleta más experimentado de toda la delegación (44 años y en sus sextos juegos) sería una más, y en el mejor de los casos, no tiene nada nuevo que conquistar, pues en Londres 2012 alcanzó la única medalla de oro del tiro cubano en la historia de las citas bajo los cinco aros. Su acompañante en la prueba de tiro rápido a 25 metros sí es debutante en este tipo de lides.
Esta es la tercera meta de talla XXL que les pone el entrenador Meinardo Torres. En 2018 pidió cuatro títulos en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla y cumplieron; al año siguiente dijo: hagan el uno-dos en los Panamericanos de Lima, y también lo consiguieron; por eso ahora, en la más dura de las pruebas, no quieren ser menos: ambos en la final olímpica.
«Leuris es mi inspiración, no creo que alguien dude de que es el tirador más grande que ha tenido Cuba. Tener la posibilidad de entrenarme con él asegura que eleve constantemente mi nivel», cuenta Jorge Félix.
Llegar a una final en juegos olímpicos es difícil para cualquier atleta y en cualquier deporte. «Llevamos dos años sin competir, ni en Cuba ni en el extranjero, y por mucho que uno se prepare, no es lo mismo.
«Pupo me transmite su confianza y la experiencia acumulada con las cuales ha resuelto situaciones complejas. Hicimos una exitosa base de entrenamiento en España, con todos los recursos necesarios, semejantes a los que utilizaremos aquí.
«Eso ayudó en nuestra puesta en forma, porque las condiciones en La Habana no son buenas, pero nosotros tenemos por filosofía no quejarnos. Si no ganamos es porque hicimos mal las cosas, no porque durante las prácticas carecimos de municiones o tecnologías apropiadas. La situación del tiro en Cuba no es nada nueva.
«Compensamos la falta de competencias con topes entre Pupo y yo. Buscamos superarnos el uno al otro, y esa rivalidad ayuda a crecernos.
«Estos son unos juegos olímpicos complejos, pero nosotros tenemos la estirpe de los cubanos. No hay imposibles. Lleguemos o no, que nadie dude de que vamos a tirarle con todo al sueño de estar Leuris y yo juntos en la misma línea de fuego».
El día 1ro. de agosto los hermanos pistoleros del tiro rápido comenzarán a escribir este capítulo olímpico de un deporte que sin ser tan mediático como otros, donde pone el ojo, pone el buen resultado para Cuba.