Marlon Gabriel es el principal seguidor de su papá, Omar Almeida. Autor: Cortesía del entrevistado Publicado: 19/06/2021 | 07:24 pm
Cuando este domingo a las familias cubanas les llegue el momento de elevar sus copas para homenajear a los padres que las integran, a muchas de ellas les tocará decir ¡felicidades, papá! de manera virtual, mientras que otros sí podrán juntarse con los suyos o sus propios hijos para celebrar un día más en familia.
A propósito de esta fecha, JR les trae historias sobre la paternidad de varios hombres del deporte.
Abrazos de lejos
El jefe técnico del colectivo de entrenadores del pentatlón antillano, Ignacio Cruz, será uno de los que recibirá las congratulaciones de los suyos, tras la pantalla de su celular; ¿la razón?, no es otra que el deber.
Para el profe Nacho, como se le conoce, quien actualmente cumple junto a los clasificados olímpicos de la disciplina una base de entrenamiento en México, cumplir los objetivos pactados con miras al certamen de Tokio, es primordial. No obstante, la ausencia de sus niños logra por momentos hacer mella en su fortaleza.
«Son pocas las veces que me alejo de ellos por tanto tiempo. En mi caso, tengo tres hijos; los más chicos tienen dos y cuatro años. Además de ser muy traviesos, están en una edad en la que enferman mucho, por lo cual al compromiso deportivo se le agrega la responsabilidad de mantener viva la comunicación a diario con ellos y con mi esposa», comentó Cruz vía online.
«Tanto yo, como mis compañeros, nos sentimos padres de nuestros muchachos. Sus preocupaciones también nos afectan, y si para ellos fue difícil enfrentar los retos del aislamiento, para nosotros mantener la disciplina y el respeto a las medidas sanitarias supuso un desafío enorme», expresó el preparador.
La paternidad te sensibiliza
«Mi hijo Marlon Gabriel Almeida tiene ocho años y aunque llevo siete meses sin verlo, pues vive en Santa Clara y yo en La Habana, mantengo diariamente comunicación con él. En enero fue su cumpleaños y no lo pasamos juntos; fue el primero que estuvimos lejos. Apenas mejore la situación sanitaria, iré a visitarlo», afirma el ajedrecista capitalino Omar Almeida.
El integrante de la selección nacional confiesa que la paternidad es lo más hermoso que le ha ocurrido en la vida, aunque ello implique más responsabilidades, pero el disfrute espiritual y la felicidad lo compensan con creces.
Cuando el Gran Maestro está compitiendo, Marlon Gabriel es el primer interesado en conocer su desempeño. Ante una derrota, el pequeño muestra su inocencia con un alentador «no importa papi, ganarás mañana». Entonces Omar se rinde ante él. La paternidad te sensibiliza, dice.
Doble celebración
Ayer, 19 de junio, Ady Inés, la niña de Andy Granda cumplió su primer año de vida y este momento significó un motivo extra de felicidad para que el judoca celebrara también su primer Día de los Padres de manera «oficial».
Ady Inés le ha dado un giro inesperado a la vida de Andy Granda. Foto: Cortesía del entrevistado
«Desde la distancia, siempre pienso en ella, me sacrifico y espero que todo este esfuerzo de mi parte la haga sentirse orgullosa de mí cuando tenga la edad suficiente para valorarlo», declaró el campeón panamericano de Lima 2019 en los más de cien kilogramos, quien además mantiene una relación cercana con su propio papá, Santiago, entrenador suyo en la base.
«Él iba a cada una de mis competencias desde la etapa en que aún era un niño y comenzaba a dar mis primeros pasos por la EIDE. Hoy aún lo hace cada vez que tiene la posibilidad. Para mí es como un ángel de la guarda que me apoya desde la grada, da igual el resultado».
Cuatro en uno
Michel González es un atleta que sabe de retos. Acostumbrado a una prueba como el triatlón, para él ser padre vino a convertirse en la cuarta parte ideal en su carrera atlética.
A pesar de no tener un vínculo cercano con su papá biológico, él tuvo en Luis Esperón, quien llegó a su vida y a la de su hermano a los 12 años, un ejemplo inmejorable. A ese hombre le agradece no solo sus primeros pasos en el triatlón, sino las incontables lecciones que le permitieron estar apto para enfrentar la llegada de Karolina.
«Puede parecer obvio, pero Karolina ha pasado a ser parte fundamental de la rutina de Michel. Desde que se levanta; sobre las cinco de la mañana, está pendiente de todo: su ropa, sus juegos, su comida y también de algún que otro regaño necesario para educarla correctamente», nos cuenta su esposa, Karlienis.
«En este tiempo tan difícil, él ha hecho maravillas. Incluso se sacó el carnet de pesca submarina para poder conseguirle alimentos que por otra vía sería muy difícil que llegaran a nuestra mesa. Sinceramente, creo que no hay manera de que yo hubiera podido encontrar un padre mejor para mi hija».