De izquierda a derecha: Odellan Tinise, Luis Pérez, Osmani Urrutia y Yelandi Osorio. Autor: Ángel Luis Batista Publicado: 09/09/2020 | 10:38 pm
Entre las hachas que se alistan para arremeter contra sus rivales beisboleros en nombre de los Leñadores tuneros en esta serie nacional, figuran las de cuatro novatos. Ellos se han preparado concienzudamente bajo la experta pupila de Pablo Civil, y están prestos a saltar al terreno cuando la dirección del equipo lo considere pertinente.
«Yo procedo de Camagüey, y aquí jugué el torneo provincial con el municipio de Jesús Menéndez —dice Odellan Tinise, un jardinero de excelente brazo de 23 años de edad—. Nunca imaginé que representaría a los Leñadores en un campeonato. Quiero estar a la altura de ese honor y haré lo posible por no defraudar. Por eso me esmero en los entrenamientos».
Otro novato que aguardará por su oportunidad para demostrar su estirpe es Osmani Urrutia Jr., hijo del recordado Señor de los 400. A sus 18 años es un prospecto en los jardines. Según me asegura, quiere construir su propia carrera.
«Estoy listo para cuando el equipo me necesite —asegura—. Soy un jugador parejo, le pego bien a la bola, no fildeo mal, tengo un buen brazo y una velocidad aceptable. Soy novato y es difícil que sea regular en la primera etapa. Pero me sobra paciencia para esperar mi momento y aprovecharlo. Otros lo han hecho antes y yo seguiré sus ejemplos».
Luis Pérez tiene también 18 años y unos deseos enormes de saltar al terreno. Es del municipio Amancio con el que jugó la serie provincial. Luego fue refuerzo del municipio de Colombia. Juega en el infield, en especial la tercera.
«Jugar al lado de figuras que admiro y que se han subido tres veces al podio nacional es algo grande —comenta—. Cada día aprendo algo de ellos. Agradezco a la dirección que me haya tenido en cuenta. Me estoy esforzando para estar a la altura de su confianza. Como mismo se espera la bola buena en home, yo esperaré mi momento, pero sin desesperarme».
El joven lanzador puertopadrense Yelandi Osorio es otro debutante con los Leñadores. Jugó el campeonato nacional juvenil, por lo cual casi no subió a la lomita en la serie provincial. Sin embargo, su calidad habló en su nombre.
«Yo digo igual que mis compañeros: aquí estoy para lo que el equipo me necesite. Creo que puedo ayudar. Tengo una recta de hasta 88-89 millas y estoy perfeccionando el cambio de bola. Para eso miro y analizo cómo lanzan los pitcher estrellas. Es una manera de aprender de ellos».
Cuando la temporada beisbolera cubana alcance su cenit en materia competitiva, Pablo Civil contará con sangre joven y dispuesta para defender los colores tuneros.
Apagafuegos de pasado «enmascarado»
Todavía en edad Sub-23, Rafael Sánchez (Antilla, 1999) y Enmanuel Chapman (Holguín, 1998) se distinguen por sobrepasar las 90 millas por hora en sus envíos, una baza para cualquier taponero, la función que tendrán en el staff de los Cachorros holguineros en la próxima temporada.
Curiosamente, ambos, en categorías inferiores, atrapaban esféricas detrás del plato. Y como compañeros de equipo transitaron mucho tiempo por la receptoría. Los especialistas notaron sus potencialidades y hoy son miembros del grupo de jóvenes peloteros cuyas cualidades los clasifican como posibles talentos.
No tengo molestias en el brazo, y considero que mi velocidad y el repertorio andan bien, asegura Rafael Sánchez. A la recta y el slider, que es a lo que más apelo, les añadí el splitfinger, al que le he encontrado efectividad. Estoy trabajando mucho el control que debo adquirir para dominar ese lanzamiento.
Por su parte, Chapman opina que se enfoca en mejorar el cambio de bola, el cual hace efecto en los bateadores. «La velocidad máxima que me han marcado es de 94 millas por hora, aunque para la Serie 60 quisiera subir hasta las 96. La preparación en estas semanas previas ha marchado con calidad, se nota un grupo unido, jugando alegre».
Con vistas a la próxima Serie, Sánchez ha cumplido con un buen entrenamiento. «Los profesores me han ayudado para volver a tener una temporada como la que tuve en la 58 (ganó siete juegos y salvó cuatro). Daré lo máximo, ya que siempre el pueblo holguinero espera mucho de sus peloteros».
Y su compañero considera que los meses de mayor prevención sanitaria los ocupó entrenándose en el hogar. «Claro, no con los mismos rigores del estadio, pero mi hermano, mi papá y mis amigos me recibían lanzamientos. Nunca estuve inactivo. Velé por mi condición física igual, pues corría con el nasobuco puesto. Todo me va saliendo en la reincorporación».
Enmanuel Chapman. Foto: Irene Pérez
Rafael Sánchez. Foto: Carlos Rafael Díaz