Los cuatro cubanos que actuarán en Lima se incluyen entre los 60 raquetbolistas participantes: 30 hombres e igual número de mujeres inscritos. Autor: Maykel Espinosa Rodríguez Publicado: 06/07/2019 | 07:43 pm
Luego de estar separado del grupo de deportes de alto rendimiento durante seis años (2010-2016), el raquetbol regresó con buen paso a la élite de la Isla, pues a solo tres años de su vuelta, ya consiguió un bronce en los Juegos Centroamericanos de Barranquilla y la clasificación a Lima 2019.
Las plazas panamericanas se lograron en Barranquilla, Colombia, donde los miembros de la selección nacional obtuvieron el décimo puesto general del torneo. Allí los atletas cubanos compitieron en las modalidades individual, de dobles y por equipos, y como resultado obtuvieron su boleto a Lima cuatro jugadores, a razón de dos en cada sexo.
«Tenemos como pronóstico primario ubicarnos en los puestos entre el quinto y el octavo, pero más allá de eso sabemos que existen posibilidades reales de luchar por un tercer lugar en el doble de la rama varonil, que ya nos dio un resultado así en los pasados Centroamericanos y del Caribe», explicó Raúl Martínez, entrenador de la rama masculina.
Antes de competir en la urbe del Pacífico, los clasificados partirán el 9 de julio para una base de entrenamiento en México, donde compartirán con algunos colegas de élite y esperan ajustar detalles rumbo a la cita multideportiva continental.
El cuarteto de raquetbolistas que irá a la capital peruana está formado por Maikel Moyet y Enier Chacón en la dupla masculina, mientras que el dueto de mujeres lo integran María Regla Viera y Loraine Felipe. A excepción de Loraine, quien tiene 17 abriles, el resto son atletas mayores de 30 años de edad, todos con experiencia en eventos de diferentes niveles y categorías.
«Contándolos a ellos, ambos equipos nacionales están formados por un total de nueve deportistas: cuatro varones y cinco muchachas, cuya media de edad es de 29 y 26 años, respectivamente. Actualmente tenemos la meta de ir buscando otros jóvenes deportistas que empiecen a practicar el raquetbol como primera opción, y no como hasta ahora, en que la mayoría de nuestros representantes vienen de la pelota vasca», declaró a JR, Jorge Núñez, encargado del sector femenino.
Entre las principales dificultades que refieren los preparadores, quienes luchan a diario por lograr una mayor expansión de este deporte, se encuentra el hecho de que exista solo una cancha oficial dentro del sistema deportivo de la Isla, factor que impide que en otros lugares del país tenga un mayor auge y desarrollo.
Tras el reto que significará Lima, los raquetbolistas tendrán una prueba importante en el Campeonato Mundial de categoría juvenil, del cual será sede la Ciudad Deportiva de San José, capital de Costa Rica.
Con la raqueta «por el mango»
Vinculado con el raquetbol desde los 13 años, Enier estuvo separado del deporte durante la pausa que existió años atrás. Durante esa etapa se mantuvo activo jugando en las canchas del combinado deportivo conocido como Pontón, mientras trabajaba en el Ministerio de Salud Pública. En 2018 se incorporó de nuevo al equipo nacional, y en pocos meses el dueto que formaron él y Maikel Moyet, logró «afinar» su juego hasta el punto de que la Mayor de las Antillas volvió a ser un rival respetado en el área.
«Durante el partido es complicada la comunicación, porque es un deporte muy rápido, y eso hace que a veces cometamos errores. Al final nuestra comunicación es muy importante, pues junto a nuestra experiencia competitiva es lo que nos permite cambiar algo en el transcurso de un partido», cuenta Enier.
Por su parte, para el experimentado Moyet, quien cuenta ya con 38 años de edad, la vuelta al deporte activo fue una excelente noticia.
«Cuando el comisionado Lázaro Mendoza me llamó para decirme que volveríamos a ser parte del Cerro Pelado me sentí muy feliz. Llevo casi dos décadas aquí, y la verdad que entre todos, tanto el masculino, el femenino, como los entrenadores, somos como una familia. Espero estar aquí hasta que mi cuerpo me lo permita», cuenta Maikel.
Entretanto, María Regla Viera, quien desde su debut en 2004, cuando logró un bronce en la lid mundial juvenil, mostró credenciales de excelente raquetbolista, lleva unos 16 años en el deporte. Se dice fácil, pero el camino para ella ha tenido tantas rosas como espinas.
«En los últimos tiempos el raquetbol ha tenido una mejoría, pero aún las condiciones de la cancha no son las óptimas. No obstante, en lo que a implementos se refiere no tenemos problemas. La otra dificultad es que vamos a pocos eventos internacionales, solo se prioriza nuestra presencia en los principales certámenes, sobre todo en nuestra área y eso nos atrasa porque el nivel mundial va en aumento a medida que surgen competencias», aseguró.
«Para los Panamericanos hemos entrenado al máximo, queremos y vamos a dar lo mejor en la cancha. Todos nos sentimos emocionados e inspirados por ser la primera vez que el deporte participa en un torneo como este», agregó.
La otra cara de la moneda del tándem femenino la compone Loraine Felipe, una atleta casi adolescente, pero que no teme al gran reto que está por enfrentar.
«La preparación está fuerte, no será mi primera competencia internacional porque ya estuve en otras justas en países como Costa Rica, Colombia y Chile, siempre en eventos juveniles. Esta sería mi primera experiencia en la categoría élite.
«En lo personal me queda bajar un poco el peso y seguir entrenando duro para ver si podemos aspirar al podio, algo que va a depender de cómo juguemos en Lima, sobre todo con rivales fuertes como las representantes de Argentina, México, Guatemala y Estados Unidos», constató.
Todas contra Paola
Tanto las chicas cubanas como el resto de las competidoras presentes en Lima tendrán en la mexicana Paola Longoria un hueso duro de roer.
La muchacha del territorio azteca no solo consiguió este año su título 98 en el Tour Profesional de la disciplina, lo que la ubicó como número uno de la lid por décima ocasión consecutiva, sino que también buscará en suelo andino su novena presea de oro al hilo en citas continentales en las tres modalidades: individual, de dobles y equipo.
Abanderada de la delegación de México en los Panamericanos de Toronto en 2015, Longoria llegará a Perú con el antecedente de ser campeona del orbe en 2012, 2014 y 2016, aunque el pasado año se vio derrotada por la guatemalteca Ana Gabriela Martínez, su mayor rival en la actualidad en la modalidad en solitario.
La «chaparrita» ha manifestado sus intenciones de revalidar sus títulos, pero no niega que cada año que pasa su preparación debe ser más intensa, pues el nivel de las adversarias es mayor.