Poco o nada de sorpresa hemos encontrado en la Copa América hasta ahora. A pesar de un par de empates anecdóticos, los grandes han impuesto su ley al sur del continente, y a partir de mañana sobre las canchas brasileñas, serán protagonistas de otra tanda de singulares batallas futboleras.
El primer turno de la ronda de nocaut será en Porto Alegre, donde una selección local que poco a poco ha ido entrando en calor, podría no tener demasiadas dificultades para superar a los paraguayos, quienes, mejora aparte, no han mostrado la solidez necesaria para plantar cara al efectivo once de los pentacampeones del mundo.
Un día más tarde, el viernes 28, tendremos doble sesión de lujo, pues el calendario quiso que el mismo día se jugaran el pase a semifinales Argentina, Chile y Colombia, tres de los favoritos más serios a la corona.
Por la tarde, nada menos que en el Maracaná, Venezuela intentará repetir ante la albiceleste un nuevo triunfo, luego del que consiguieran el pasado marzo (3-1) en el Metropolitano de Madrid. No obstante, tampoco hay que descartar a los 14 monarcas de este torneo, pues aunque no hayan mostrado todo su potencial, podría ser este el momento en que terminen de explotar.
A la caída de la noche, la escuadra cafetera se medirá a un Chile hasta ahora carente de la contundencia de otros tiempos. Con la intención de sentenciar a los bicampeones americanos, Carlos Queiroz pondrá a James Rodríguez como director de orquesta encargado de guiar el ataque al muro «Rojo» que defienden, entre otros, Vidal, Medel, Aránguiz y Vargas.
Para cerrar el ciclo de cuartos de final, tendremos pantalla mediante a uno de los equipos más queridos por la afición cubana. Los uruguayos que se robaron el corazón de esta Isla con aquella memorable actuación en Sudáfrica 2019, rivalizarán con un Perú de buen fútbol, pero que todavía no logra sacar buena nota en las pruebas importantes.
Si todo fuera como hasta ahora, y los pronósticos se cumplieran, las semifinales podrían terminar siendo dos partidos nivel «clásico», con Brasil-Argentina por un lado y Colombia-Uruguay por el otro. Claro, que del dicho al hecho sabemos que hay mucha distancia, y al final lo más entretenido de todo es que pase lo que nadie espera.