Yoan Balázquez demuestra su talento desde el año 2015, en algunas de las ligas más fuertes de Europa. Autor: Roberto Morejón Guerra Publicado: 02/08/2018 | 10:26 pm
BARRANQUILLA.— Su brazo derecho es un poema. Así él lo cree. El significado de sus tatuajes, que cubren toda esa extremidad, es algo así como «mi madre es mi Luna, es mi estrella, es mi Sol, es mi nube y aquí, en este lado, está el nombre de ella, Neivis. En este otro repito su nombre, junto al de mi padre», dice el balonmanista Yoan Balázquez, mientras me acerca a unos 15 centímetros una parte de su brazo y dice «aquí está la hora en que nací, a las 12 y 03 minutos de la madrugada del 26 de diciembre de 1995».
Balázquez flota en el aire. Más bien su cuerpo parece un objeto estrujado. Intenta una penetración con fines de gol, pero dos rivales lo agarran con fuerza, a la misma vez. Uno lo sostiene por la cadera, el otro hala su pulóver, parece que la tela cede. Pero su derecha dispara la esférica amarilla a la velocidad de un lanzador de béisbol. De tanto querer frenarlo, el yumurino anota el gol. Ese día se apuntó tres en el título que obtuvo su equipo en estos Juegos Centroamericanos y del Caribe ante Puerto Rico.
«Es un resultado que en 2014 fuimos por él y se nos escapó, y terminamos en bronce. Hace 25 años que no se ganaba entre los hombres una medalla de oro en mi deporte y ahora se ha logrado con un grupo de atletas que lleva más de cinco años juntos en la selección nacional y con un recorrido fructífero en ligas de Europa.
«Nos propusimos una meta de elevar la diferencia de goles siempre a más de 15 ante cada selección y eso se logró en casi todos los choques. Yo no estoy tan satisfecho con mi desempeño, pues no pude rendir a plenitud a causa de una bursitis en un hombro y eso me limitó para tirar duro a la portería», dijo el jugador de 22 años, antes pelotero, con una voz que mezcla su acento natural con el de Galicia, donde vivió mientras jugó en España.
Con 18 años fue contratado en un club europeo en 2015. «A la liga de Portugal le agradezco mucho, allí fue donde se abrieron las primeras puertas para mí y otros cuatro compañeros, quienes fuimos los primeros fichados bajo la aprobación de la federación cubana. Debuté con el Avanca, luego me trasladé a otro club donde tomé más protagonismo, hasta que en 2017 milité en el Teucro, de la prestigiosa Liga Asobal española, en la que quedé como mejor debutante, me incluí en el top 5 de los principales goleadores y fui el segundo mejor lateral izquierdo.
«Me propuse desde pequeño que tenía que llegar lejos en este deporte, estar entre los mejores donde compitiera, y eso implica concentrarse de lleno y hacer sacrificios personales, como desligarse un poco del seno familiar. Algunos me comparan con ese gran balonmanista cubano que fue Julio Fiss y eso me gusta mucho, pues, como él, ahora soy un jugador que remata con fuerza», aseveró el yumurino, que retorna a Portugal el 8 de agosto para jugar con el Oporto.