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Granma vestido de Blanco

Cuando parecía que lo iban a moler en la tierra de la mejor azúcar de Cuba, Blanco, en vez de encomendarse a los suyos y sus pitcheos, les pidió auxilio a los corredores rivales y estos les regalaron los outs necesarios para mal sostenerse en el montículo

Autor:

Norland Rosendo

En un juego que parecía el último de su vida para Granma y el primero de una larga temporada para Villa Clara, los Alazanes de Carlos Martí se pusieron a un triunfo de ganar la brevísima serie de comodines entre ambos y buscarán en sus predios, donde mismo se coronaron en el campeonato pasado, la victoria que les dé el derecho a intentar revalidar el cetro.

Los dos directores apostaron a los pitchers que por sus potencialidades son los mejores de una y otra nómina: Freddy Asiel Álvarez y Lázaro Blanco, aunque Vladimir Hernández, si por méritos en el torneo hubiese sido, le debió dar la bola a Alaín Sánchez.

Sin embargo, Blanco no estaba pintando las esquinas del home con la misma efectividad con la que casi siempre lo hace. A la altura del sexto capítulo ya tenía cien envíos, con muchas bolas «muy bolas» y pocos strikes de calidad.

Cuando parecía que lo iban a moler en la tierra de la mejor azúcar de Cuba, Blanco, en vez de encomendarse a los suyos y sus pitcheos, les pidió auxilio a los corredores rivales y estos les regalaron los outs necesarios para mal sostenerse en el montículo, e incluso, ganar su juego.

Ante tantos obsequios, un «viejo zorro» como Carlos Martí envió de relevo a quien se suponía iba a ser el abridor del próximo partido. El zurdo Leandro Martínez se ajustó unas medias que por su color demoraron el duelo cerca de diez minutos en un «son legales y no son legales» que solo se ve en la pelota cubana, y preservó el éxito en su primera salida como apagafuegos durante la serie.

Los Naranjas salieron delante en el segundo acto por vuelacercas de Yeniet Pérez y si no hubo un racimo grande en esa entrada fue por el pésimo corrido de las bases de los anfitriones. Sorprendido uno en tercera y otro fue puesto out en home en tiro potente de Yoelkis Céspedes, quien evitó esa probable carrera y después remolcó par de anotaciones con un jonrón frente a Freddy Asiel.

Pero los villaclareños no aprendieron la lección de cómo moverse entre las almohadillas. En el sexto, con las bases llenas, dos outs y Raúl Reyes en tres bolas y dos strikes, Blanco enfrió en viraje a Yulexis La Rosa en la esquina caliente. Jugada de otro nivel, y no del bueno, por supuesto.

El empate de los orientales había sido cuestión de dos Santos, Roel y Raico, pisaron la goma en el tercero, y dejaron la escena acomodada para el batacazo de Céspedes ante un envío alto y manso de Freddy Asiel, quien desde que salió la conexión sabía que iba a volarse las cercas del jardín izquierdo.

Pese a que no ha tenido una temporada que se corresponda con su calidad, Freddy Asiel se comportó con altura en el juego de ayer. Incluso, logró un cero espectacular con las bases llenas sin out. Pero sus compañeros, como suele suceder cuando él lanza, no produjeron las carreras de la remontada.

Luego, en la parte alta del noveno, frente a un joven talentoso, pero inexperto en estos trances, Pablo Luis Guillén, los Alazanes anotaron una más y así quedó el duelo: 5-3.

¿Podrán los villaclareños ganar dos en el estadio Mártires de Barbados? Su carta monticular será Alaín Sánchez, mientras Martí le dijo al término del partido al colaborador de JR Luis Salabarría que su abridor está entre Yanier González y el propio Leandro.

Al cierre, en el Cepero avileño los Tigres, subcampeones de la temporada precedente, jugaban contra los Cazadores de Artemisa, de tan buena actuación en la fase regular.

 

 

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