Mijaín López. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 06:58 pm
Ante su estatura yo era Meñique, y él, el gigante del que nos habla José Martí en su obra La Edad de Oro. Pero este es un gigante noble, altruista y lleno de conocimientos, que nos enseña siempre que el saber vale más que la fuerza y la trascendencia de ser bueno. Frente a mí, el tricampeón olímpico Mijaín López Núñez, el muchacho que es legado, historia y humildad, y que este miércoles se convirtió en el representante del deporte cubano al 19no. Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes (FMJE).
La sospecha de su elección inundaba los pasillos de la Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento Cerro Pelado. Sin embargo, fue cierta cuando se hizo público que había alcanzado el mayor por ciento de los votos, y Yanetsy Rodríguez Sampson, miembro del Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, puso en su pecho la credencial de delegado directo a la cita de las juventudes progresistas del mundo, a realizarse en octubre venidero en la ciudad rusa de Sochi.
Sus primeras palabras tras conocerse la elección y al competir en cerrada porfía con otro de los buenos, el boxeador Julio César La Cruz, fueron de gratitud a su colectivo, «ese que siempre ha confiado en su preparación y triunfo, y el cual labora para entregar lo mejor de su profesionalidad y hacer sostenible el deporte dentro y fuera del país». Su rostro dibujó felicidad, como esa que ha acompañado a este deportista de lucha grecorromana —que antes batalló una y otra vez entre guantes y pelotas—, cuando sube al escenario en nombre de Cuba, de su pueblo.
«Esto es como si hubiera conquistado mi cuarta medalla en Juegos Olímpicos. Es otro suceso grande en mi vida y estoy seguro de que cualquier joven cubano o del mundo se sentiría orgulloso de representar a su patria en una cita por la amistad, la paz y la solidaridad. En el Festival haré lo que en cualquier evento deportivo en que he participado: representar con honor y alegría a mi pueblo y poner en alto el deporte revolucionario, ese que nos enseñó a defender Fidel», dijo.
Precisamente a él, por su confianza en los jóvenes, a Raúl y a la Revolución, así como a su familia, que lo ha ayudado a erguirse durante todo este tiempo, agradeció el gladiador pinareño de 34 años, quien ahora mismo se toma un tiempo libre para «disfrutar intensamente de mi familia y enfrentar mejor el ciclo competitivo que se inicia el próximo año y sobre todo ir en busca de mi cuarta medalla en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
«Un descanso me viene muy bien, pues son 24 años de carreras y 12 siendo el mejor del mundo. Pero hay que pensar, pues ya después una derrota no vendría bien. Este es un deporte en el que la juventud se impone. Quiero hacer las cosas bien y llegar a esos Juegos Olímpicos lo mejor preparado.
«No me conformaría con ir a esa cita y obtener medalla de bronce. Lo mío es el oro, ese siempre ha sido el color de mi medalla», afirmó sonriente este hijo de Vueltabajo, quien además fue delegado al FMJE en Sudáfrica, en 2010.