Gorguet aportó a la causa holguinera. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 06:40 pm
El Cristóbal Labra, de Nueva Gerona, uno de los estadios más «temidos» en nuestra geografía, parece haber perdido últimamente su mística, pues de allí han salido victoriosos los Cachorros holguineros en sus últimas cuatro presentaciones. Este lunes, días después de la barrida que casi ahoga las aspiraciones de los Piratas pineros, volvieron a clavar bien sus colmillos para ponerse a un triunfo del segundo tramo de la campaña, no sin antes sortear una revuelta que estuvo muy cerca de terminar en motín.
Como en la subserie particular entre ambos bandos, el diestro Carlos A. Santiesteban se las arregló en el camino para protagonizar otra buena apertura. Ya allí había ganado un juego y salvado otro antes de lanzar casi siete entradas sin daños, reduciendo a apenas tres imparables —el primero en el sexto episodio— el ataque de los Filibusteros.
Cuando abandonó la lomita con ventaja de cinco, nadie imaginó la rebelión local. Sus compañeros habían «maltratado» al reaparecido Wilber Pérez, a quien habrá que reconocer siempre la disposición a asumir el rol que no tuvo durante la campaña debido a sus compromisos contractuales por Italia.
Sin embargo, las ganas no son todo, y después de retirar a los cuatro primeros rivales el experimentado zurdo flaqueó. Primero fue un pelotazo a Luis A. Domínguez, después de un boleto intencional para llenar las almohadillas, lo que convirtió en costosísima —mirado en retrospectiva— la pifia del torpedero Aquimo Jiménez. Pero luego llegarían los batazos que terminaron haciendo la diferencia, entre ellos los dobletes que en la cuarta entrada conectaron el propio Domínguez y el novato Pedro Almeida para redondear un ramillete de tres anotaciones.
Ya en el séptimo capítulo, frente a los envíos del relevista Pedro Luis Guzmán, los visitantes marcaron la que definitiva desequilibró la balanza, empujada por un elevado de sacrificio de Michel Gorguet.
A pesar de la distancia, los Piratas desplegaron velas en el octavo acto y se dispusieron al abordaje. El rescatista Luis A. Gómez, quien había apagado el fuego un inning antes, permitió los tres hits consecutivos con los que los anfitriones lograron esquivar la blanqueada. Peor le fue a Meracles Rubén Oris, pues apenas pudo sacar un out antes de que Leonardo Urgellés con doble y Rigoberto Gómez con sencillo, redujeran la desventaja hasta la mínima expresión.
La sangre no tiñó las aguas del puerto pinero porque Yunier Suárez ponchó a Roberto Acevedo, y el arriesgado intento de robo del corredor sustituto Eliseo Rojas quedó en apenas una escaramuza. Su dominio para sacar además los tres últimos outs del juego, con ponche incluido, le valieron para subir un nuevo salvamento a su expediente.
El desenlace puso en una situación inmejorable a tropa dirigida por Noelvis González, porque además del efecto psicológico que representa el primer triunfo en una serie tan corta, tendrá la oportunidad de cerrar el lazo en sus predios. Y todavía con margen de error.
Listas las hachas
La situación es algo diferente en la otra serie por uno de los tickets aún sin nombre para la siguiente fase del torneo, pues los Leñadores tuneros vencieron en sus predios y hoy intentarán dar el último corte al horcón que sostiene las aspiraciones de los Toros agramontinos.
Después de caer por 0-2 en el Balcón del Oriente, los jóvenes discípulos de Orlando González se presentan esta noche en su Cándido González con el agua cerca de sus narices, porque un nuevo desliz sería el final de una temporada esperanzadora.
Nuevamente su suerte dependerá del despliegue ofensivo de sus mejores piezas, obligadas a descifrar los envíos de Ubisney Bermúdez, la designación del alto mando tunero para dar el tiro de gracia.
Del otro lado, el estratega camagüeyano confirmó que será el jovencito Yariel Rodríguez el encargado de recuperar las esperanzas de los locales. Quienes ganen o pierdan podrán sentir la satisfacción de llegar a una instancia que, antes de lanzar la primera bola, parecía fuera de alcance.