Los Cocodrilos yumurinos lograron un importante triunfo, pero no pueden sacar el pie del acelerador. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 06:19 pm
Al tramo inicial, sin contar los cruces que iniciaron este martes, le restaban apenas tres subseries. De ahí que cada uno de los partidos por celebrar tenga una importancia trascendental, aun cuando algunos se lo puedan tomar con más calma. Por lo hecho, los Tigres avileños encaran este sprint sin demasiadas urgencias, pero para aquellos que bordean la zona de clasificación, el futuro depende de cada escaramuza.
Entre estos últimos están los Cocodrilos yumurinos, a los que el milimétrico triunfo sobre la novena vueltabajera tiene que haberles renovado su eterno espíritu guerrero. Lo vivido en el Victoria de Girón fue un duelo entre dos colosos monticulares del momento, pues tanto Yosvani Torres como Jonder Martínez clasifican ahora mismo entre lo mejorcito que tenemos en la parrilla.
El «convertido» matancero tiró ocho entradas, en las que toleró apenas cuatro imparables, ponchó a seis, regaló par de boletos, pero uno ordenado desde el puente de mando. En igual lapso, Torres permitió un hit más, y aunque solo «retrató» a uno en el home, gozó de control, ya que su único boleto también tuvo carácter intencional.
Sucedió en el quinto acto, cuando tocaba, por manual, bolear a Jefferson Delgado con corredor en segunda y la inicial desocupada. Pero tras la rolata inofensiva de Onel Vega llegó el cañonazo impulsor del emergente Ariel Martínez. Y todo quedó dicho.
Así, la nave yumurina abandonó de momento las aguas más tormentosas. Sin embargo, mirando lo que le resta de travesía, tendrá que sostener muy firme el timón. Además de las siguientes batallas con los pinareños, tendrá que sortear los embates de Industriales y Ciego de Ávila antes de que la calma llegue con los casi eliminados artemiseños. A su favor tienen que las dos últimas subseries las jugarán en casa.
Junto a los Tigres, las representaciones de Pinar del Río e Industriales tampoco deben afrontar muchos apremios, aunque para los vegueros salir bien parados de la ciénaga sea vital, porque le quedan dos exigentes exámenes ante avileños y capitalinos, pero siempre con el apoyo de su público.
Las Tunas, sobre el papel, lo tendría menos complicado, pues antes de la meta, los Leñadores tienen que enfrentar a Cachorros y Piratas —para su suerte, como locales— y terminar a orillas del Yayabo.
También con cruces accesibles cierra Granma, pues recibe visitas de espirituanos y guantanameros antes de llegar hasta Holguín.
En teoría, serían estos equipos los que asumen en condiciones más favorables el segmento definitorio. En la mitad de la tabla merodean otros, y la estrecha diferencia hace de cualquier proyección lo más parecido a un problema de física cuántica. Lo único ineludible en estos casos es afirmar que en lo adelante cada triunfo vale su peso en oro. Nunca menos.