Los holandeses festejan su tercer lugar. Autor: Reuters Publicado: 21/09/2017 | 05:52 pm
Paliza y remate. Eso nunca lo pensaron, ni los jugadores, ni los hinchas de Brasil. Pero tras la escandalosa goleada que le endosó Alemania (7-1) el pasado martes, el nerviosismo y la tensión porque no se repitiera, trajeron las inexactitudes este sábado, y la escuadra canarinha fue apabullada por Holanda (3-0), en el partido por el tercer lugar de la Copa del Mundo de Fútbol Brasil 2014.
En el Estadio Nacional, de Brasilia, el técnico holandés Louis van Gaal presentó su mejor once, con Robben, Van Persie y compañía. En tanto, Scolari abrió con varios jugadores que nunca lo habían hecho: William, Jô, Maxwell y Ramires, pero fue algo así como «el mismo perro con diferente collar». No llegaron los goles a la cancha y continuaron los sollozos en el graderío.
La «naranja mecánica» lo aprovechó todo en el primer tiempo, tanto sus mejores aciertos en el trato al balón, como las desatenciones defensivas rivales, y ahí mismo sentenció el partido. El festín comenzó temprano, cuando en el tercer minuto, Thiago Silva «bajó» a Arjen Robben en los límites del área y Van Persie convirtió el penal.
El fantasma de Alemania ya merodeaba y se hizo más claro solo 14 minutos después. De Guzmán se escapó por la derecha y centró. David Luiz rechazó, pero su cabezazo fue hacia el centro del área chica y el balón cayó cerca de Blind, quien lo anidó en la cabaña de Julio César. Con esa cómoda ventaja, Van Gaal dio la orden de cerrar los espacios. Y Brasil, una vez más, no supo abrirlos. Para eso se necesitan jugadores de talento, creativos en el mediocampo y el pentacampeón adolece de ellos.
En el complementario hubo un «solo de Brasil». Scolari envió a la grama a Hernanes, Fernandinho y Hulk. El honor estaba en juego delante de sus hinchas. Pero la falta de ideas jamás los abandonó. Y los holandeses, aunque habían retrasado sus líneas, consiguieron que Wijnaldum cerrara cifras con su gol en el minuto 90+1.
Hoy termina la fiesta
Hoy será el último día de la Copa, con el duelo Alemania-Argentina, en el estadio Maracaná. El árbitro que lo pitará será el italiano Nicola Rizzoli.
Los germanos concurrirán a su octava final mundialista y así quebrarán el empate que tienen con Brasil (7), mientras que la albiceleste asistirá a su quinta. Entonces, si ganan los teutones, accederían a su cuarto título del orbe e igualarían con Italia, mientras que un triunfo de los sudamericanos les permitiría emparejar a sus rivales.
Por demás, ambos impondrán un récord, pues nunca antes dos selecciones habían disputado tres cetros mundialistas. Y la historia favorece a Alemania. En México 1986, venció la albiceleste (3-2) y consiguió su segundo título. Pero en los tres cotejos siguientes en citas del orbe, Alemania se ha convertido en su «bestia negra». Tomaron revancha en la final de 1990 (1-0) y luego se impusieron en los cuartos de final de las versiones anteriores de Alemania 2006 (1-1, 4-2 en penales) y Sudáfrica 2010 (4-0). Pero hay más. Los líderes goleadores de esas dos últimas Copas del Mundo son alemanes: Miroslav Klose y Thomas Müller, ambos con cinco dianas. Y hoy, esa letal dupla ofensiva estará presente en la alineación que dará el técnico Joachim Löw.
Para este duelo final, Alejandro Sabella, técnico argentino, no lo pensará dos veces para replantear el guión que empleó ante Holanda: concentrar al equipo en primera línea en la defensa y estabilizar el centro del campo por delante del cuarteto defensivo. Mascherano será el baluarte para «destruir» y el cancerbero Romero lleva 373 minutos con la valla invicta, pues no le marcan desde el minuto 47 del duelo ante Nigeria.
Pero, ¿qué habrá de ataque y goles? Casi nada. Con Higuaín más retrasado en el campo y Agüero sin pesar, los hinchas estarán a la espera, una vez más, de otra genialidad de Lionel Messi. Pero les comento que el crack del Barça no marca desde el triunfo 3-2 contra Nigeria, en la fase de grupos.
Mientras, Löw apostará a su generación dorada que ganó la Eurocopa Sub 21 en 2009: Neuer, Özil, Boateng, Hummels, Khedira y Höwedes. Si a esa juventud se unen el goleador Müller, los todoterreno Kroos, Klose, Lam y Schweinsteiger, la maquinaria teutona se torna bien difícil de frenar. Sus jugadores son muy fuertes, corren mucho y a cada rato «permutan» la posición en el campo.
El «trivote» defensivo Schweinsteiger-Khedira-Kroos no solo mete las piernas duras, sino que sabe salir con el balón en busca de cualquiera de sus eficientes delanteros o de un disparo propio a puerta.