El vigente as mundial juvenil logró su segunda mejor marca del año y continúa liderando el ranking de la temporada. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 05:36 pm
Los infortunios, problemas y malas noticias parecen haber escogido al deporte cubano como destino exótico para unas vacaciones bien prolongadas. Entre sanciones, bajas por solicitud propia, lesiones, retiros y discretos resultados, cualquiera pensaría que de este archipiélago jamás volvería a salir otro campeón mundial u olímpico.
Por suerte, aquí —al igual que pasa en Brasil cuando hablamos de fútbol— das una patada y brotan superatletas. El deporte rey —al igual que todos sus «súbditos» — en la Mayor de las Antillas puede que esté en crisis, eso no es un secreto; quien lo dude debería revisar nuestro desempeño en los últimos grandes eventos. Pero algunos consagrados en alianza con «niños» prodigios le devuelven la esperanza, hasta donde se puede, al más acérrimo de los pesimistas.
La octava parada de la Liga de Diamante, con sede en Lausana, Suiza, fue este jueves, al menos para mí, un atracón de oxígeno, una bocanada de aliento si tenemos en cuenta que para la justa más importante del atletismo solo restan 34 días y las medallas, a diferencia de antaño, no tienen nombre y apellidos.
Llegaron dos preseas en busca de la gema. El triplista Pedro Pablo Pichardo ya no impresiona; ahora preocupa a los consagrados: «De dónde habrá salido este muchacho», balbucean al tiempo que pierden frente al vigente monarca mundial juvenil. Ahora clavó sus pinchos a 17,58 metros de la plastilina y dejó bien atrás al conocido galo Teddy Tamgho (17,40) y al rey olímpico Christian Taylor (17,13), de Estados Unidos.
Necesitó del sexto intento para firmar la proeza (segunda mejor cota de la temporada), mas solo con su inicial 17,32 hubiera alcanzado el bronce, y conformándose con el tercer estirón (17,43) la corona descansaría en su cabeza. No en balde es dueño de ese 17,69 que lidera el ranking de la actual campaña. Un niño, sí, pero en la cita del orbe hay que contar con él. Moscú espera.
En tanto, su compatriota Ernesto Revé no tuvo saltos válidos en dos oportunidades.
Y si de jóvenes hablamos es justo que saltemos a los mayorcitos y conocidos. Yarelis Barrios cumplirá 30 años en una semana y ya anda celebrando. Su disco voló 67,36 metros campo adentro. Plata. El oro es casi imposible arrebatárselo a la croata Sandra Perkovic (68,96 y envío cumbre de 2013). A mí no me engaña nadie: lo que come esa muchacha no lo venden en cualquier parte. La lituana Zinaida Sendriute terminó tercera (63,82).
Lo más importante es que el disparo de Barrios la coloca en el tercer escaño del listado anual (además fue su segundo mejor lanzamiento), pues solo la Perkovic (matrona con cuatro cañonazos por encima de 68,00) y la china Siyu Gu (67,86) superan a la antillana. En la misma prueba Yaimé Pérez, también de Cuba, descansó en el cuarto cojín (63,51).
Lausana también hospedó a Omar Cisneros, quien culminó quinto con 48,95 segundos en los 400 metros con vallas. El oro colgó del cuello del puertorriqueño Javier Culson (48,14), mientras la plata quedó en poder del incombustible dominicano Félix Sánchez (48,58).
Suiza se alarmó con el crono del segundo hombre más rápido de la historia. En efecto, me refiero al estadounidense Tyson Gay, quien le lanzó otro comunicado al jamaiquino Usain Bolt. Estampó 9,79 segundos en la pista europea, y ahora domina el escalafón de la campaña con los tres mejores tiempos (9,75-9,79-9,86).
El otro notición de la jornada fue protagonizado por el ucraniano Bohdan Bondarenko, dueño del mejor salto de altura visto en los últimos 19 años (2,41).