El Gran Maestro cubano Lázaro Bruzón. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:35 pm
Tendrán que hilar bien fino, apretarse el cinturón, tocar madera, respirar hondo… Usted escoja la frase de su preferencia, todas se quedarán cortas, pues la tarea asusta hasta al Miedo. Por suerte, serán tres para darse apoyo y aliento, aunque mucho más les hará falta a Leinier Domínguez (2727 puntos Elo), Isam Ortiz (2612) y Lázaro Bruzón (2687) si pretenden salir «con vida» de la venidera Copa Mundial de ajedrez, que se celebrará entre el 10 de agosto y el 4 de septiembre próximos en la ciudad noruega de Troms.
El primero… bueno, ese respira y ya tiene invitación al mismísimo reino de Caissa. A fin de cuentas, Leinier se pavonea desde hace un lustro entre la élite del juego ciencia, integrada solo por hombres con más de 2700 puntos Elo.
El güinero tenía el tique en su bolsillo de acuerdo con su coeficiente —ni un loco dejaría fuera de la fiesta a semejante «cerebro»—, mientras Ortiz lo había asegurado durante el Torneo Continental disputado en Cochabamba, Bolivia.
Todo apuntaba a que sería solo un binomio cubano en la justa universal. Pero Bruzón, el segundo hombre de mejor acumulado en América, tampoco podía quedar al margen, y luego de algunos torbellinos negoció el boleto con su coronación en el zonal 2.3 concluido en Costa Rica hace apenas unos días.
El tunero logró en el certamen seis victorias y tres empates, y de seguro tendrá entre sus próximos objetivos regresar al selecto club de los 2700.
Esta vez pulseó ante nueve rivales, de los que solo dos sobrepasaban los 2600 puntos: el cubano Yuniesky Quesada (2631) —quien lamentablemente no logró pasaje, amén de un destacado tercer lugar— y el venezolano Eduardo Iturrizaga (2645).
Si encuentra su estado de gracia, varios conocidos sabrán cómo le entra el agua al coco. Ya saben: tres contra el mundo. ¿Hasta dónde llegarán?