Mundial de atletismo. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:12 pm
Disfrazarse de adivino en estos tiempos de estadísticas esclarecedoras, expertos en cada materia y máquinas computarizadas que adelantan hasta santo y seña de acuerdo con estudios exhaustivos, resulta muy difícil.
Usualmente, realizar un pronóstico en cualquier evento deportivo deviene ejercicio arriesgado y polémico, pues no siempre se puede acertar. Claro que darle todos los votos a plusmarquistas, campeones y máximos favoritos casi siempre deja muy bien parado hasta al menos conocido de los versados.
Pero, ¿cuántas posibilidades existen de que una misma publicación especializada anuncie en su portada el vaticinio de una prueba donde el monarca parecía «cantado» y se equivoque en cuatro ocasiones consecutivas?
En efecto, lo que empezó siendo una mera historia de pasillos parece ya una maldición de alguno de esos filmes de terror hollywoodenses.
Cada mañana, la organización del XIII Mundial de atletismo, con sede en Daegu, Corea del Sur, publica el llamado Daily Programme, donde resume los eventos de la jornada previa y expone la agenda competitiva del día. La portada de la afamada revista aparece con la foto del supuesto gran protagonista de la fecha en cuestión. Y de repente, surge el maleficio, pues las cuatro estrellas que han figurado en las páginas nigrománticas se han despedido del evento sin una presea en el bolsillo.
Cuando el día inaugural, el australiano Steven Hooker, campeón olímpico y mundial de salto con pértiga, se despedía de la cita asiática tras fallar sus tres primeros intentos sobre 5,65 metros, a nadie se le ocurrió relacionar el fenómeno con algo siniestro. A fin de cuentas, esas cosas pueden pasar.
Dejando atrás el inesperado suceso, 37 horas después, el «extraterrestre» Usain Bolt, monarca defensor y titular bajo los cinco aros en Beijing 2008, salía —en primera plana, por supuesto— como amplio favorito para imponerse en el hectómetro y revalidar su título. Absolutamente nadie garabateaba en su cabeza la absurda idea de que un humano pudiera desbancarlo.
Sin embargo, sucedió. El hombre más rápido sobre la faz de la Tierra, sorprendía hasta a los esquimales con una salida en falso. El exterminador se había «autoexterminado». Hasta la vista, baby.
Comenzó inmediatamente el bla bla bla entre atletas y las principales agencias informativas del orbe. «¿Será verdad eso que cuentan?».
Llegó entonces la tercera jornada. Los más supersticiosos compraban la revista o navegaban en Internet para ver su siguiente predicción maquiavélica. Foto, titular: el cubano Dayron Robles.
Trece segundos y fracciones… uf ¡Ganó! El Lord del Guaso celebraba su primer título planetario. Solo eran conjeturas asustadizas movidas por el insaciable morbo humano. Pero, poco rato pasaría para que se cumpliera el hechizo: el campeón olímpico y recordista del orbe fue descalificado por obstrucción al chino Liu Xiang.
Ya iban tres. ¿Quién sería la próxima víctima? Creo que ya usted lo sabe. El Daily recreaba en su portada la foto de una de las mujeres más bellas y carismáticas del deporte rey: la rusa Yelena Isinbayeva.
La chica de Volgogrado, recordista mundial 27 veces y dueña del registro universal al aire libre (5,05) y bajo techo (5,00), terminó sexta en la urbe sudcoreana y ratificó las predicciones.
Claro que es la tercera vez consecutiva que sucumbe en un Mundial, mala racha que indica un bajón en su rendimiento. Hizo tres saltos nulos en Berlín 2009, fue cuarta en el Campeonato bajo techo en Doha 2010, y ahora perdió en Daegu.
Pero, «lo cortés no quita lo valiente». El curioso caso del Daily Programme le pone los pelos de punta a cualquiera. Si yo fuera atleta le prohibiera a la publicación poner mi foto en sus páginas. Solo por si acaso. ¿A quién le tocará ahora? ¿Se atreve usted a adivinar?