El juego de León será fundamental en las aspiraciones cubanas. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 05:09 pm
La selección masculina cubana de voleibol partirá en las próximas horas desde Varna hacia Corea del Sur para comenzar su participación en la XXII edición de la Liga Mundial, y llegará a tierras orientales con tres «provechosas» derrotas recogidas a su paso por Bulgaria.
Nada de contradictorio tiene el calificativo, teniendo en cuenta el casi radical cambio en la fisionomía de un equipo hasta hace muy poco candidato a luchar por medallas.
Durante su estancia de preparación en la nación balcánica los discípulos de Orlando Samuels disputaron tres partidos —uno de ellos a puertas cerradas—, y cedieron en todos los casos con pizarras de 1-3.
Pero lo más trascendental de tales confrontaciones fue la oportunidad de fogueo para quienes se estrenarán como regulares con tan poca edad y frente a tan elevado nivel. Y lo más alentador está en el marcador de algunos sets ante un equipo tan hecho como el búlgaro.
Como ejemplo más reciente quedó el partido del adiós, en el que los nuestros se impusieron en la primera manga por 27-25, y luego cedieron con tanteadores de 19-25, 23-25 y 20-25.
Sobre el papel, la clasificación a la final del torneo estará llena de escollos, pero en la práctica será esta nueva «camada» la encargada de escribir su propia historia. Y ya están sacando las uñas.