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Con una pequeña comitiva, los cubanos solo competirán en polo acuático, clavados y nado sincronizado
Dice un viejo refrán que todos los caminos conducen a Roma. La frase es recurrente por estos días, tras el inicio en la capital italiana del Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos.
La cita se extenderá hasta el 2 de agosto, con acciones en natación, aguas abiertas, polo acuático, clavados y nado sincronizado. Cuba llevó a una pequeña comitiva que intervendrá en tres disciplinas.
En clavados, la Mayor de las Antillas inscribió a José Antonio Guerra, Jeinkler Aguirre, Jorge Betancourt, Jorge Luis Pupo, Víctor Toranzo, Annia Rivera y Yaima Mena. Todos actuarán bajo la égida de Lino Socorro.
Hasta el momento, Mena y Rivera finalizaron en los puestos 20 y 31, respectivamente, durante la final de la plataforma individual. La prueba fue dominada por la mexicana Paola Espinosa, quien hace unos días se había coronado también en los Juegos Mundiales Universitarios. Las favoritas chinas Ruolin Chen y Li Kang quedaron en plata y bronce.
Mientras, la dupla José Antonio Guerra y Jorge Betancourt culminó octava en el trampolín sincronizado a tres metros. En este evento el oro fue para los chinos Kai Qin-Feng Wang, y la plata quedó en manos de los estadounidenses Troi Dumais-Kristian Pisen. Los canadienses Alexandre Despatie y Reuben Ross completaron el podio.
Para Qin fue su segunda medalla de oro, pues había ganado en el trampolín de un metro durante la jornada de apertura. Otro compatriota suyo, Xinhua Zhang, alcanzó la plata, mientras el australiano Matthew Mitcham ocupó el tercer puesto. Los cubanos que saltaron desde esa altura, Jorge Luis Pupo y Víctor Toranzo, culminaron en los lugares 21 y 26, por ese orden.
En la historia de estas citas del orbe, el único alegrón de Cuba en clavados corrió a cargo de Guerra durante la cita del año 2005 en Montreal, Canadá. Allí el santiaguero fue segundo en la plataforma individual.
En Roma, los equipos chinos deben arrasar en uno y otro sexos. Este año, durante la Serie Mundial, los representantes del gigante asiático alcanzaron 30 de los 32 títulos disputados.
No obstante, estelares como el canadiense Alexandre Despatie y los rusos Gleb Galperin y Dmitry Sautin harán mucha fuerza en cada uno de los eventos que restan.
La vista en el horizonteLas cubanas del nado sincronizado buscarán incluirse entre los 24 primeros dúos de la justa, según pronosticó antes de partir la entrenadora Ivette Bacallao. Son aspiraciones grandes si se tiene en cuenta que esta es su primera competencia internacional.
La jovencita Grisell Tendero, campeona nacional y de los III Juegos del Alba, arrancará con las preliminares del solo técnico en el estadio Pietrangeli, en una de las dos piscinas temporales que serán utilizadas para este deporte.
Mañana se repartirán las medallas de esa especialidad y comenzará el camino para el dueto de Tendero y Arianne Rodríguez, «si no surgen complicaciones que obliguen a una sustitución de última hora», comentó Bacallao.
Finalmente, aunque una medalla no puede ni siquiera soñarse, el evento reviste mucha importancia para los nadadores cubanos.
Los espaldistas Pedro Medel y David Rodríguez, así como la librista Heysi Villarreal y la mariposista Yumisleisis Morales, serán nuestros representantes en la península itálica.
A todas luces, Villarreal asoma como la principal figura de la escuadra cubana, pues tiene en su poder los récords nacionales de 200 y 400 metros libres, además de una experiencia mundialista.
Por su parte, Medel exhibe tiempos de 56:64 segundos en los 100 metros espalda y 2:01.75 minutos en los 200. Consiguió ambas cotas durante los III Juegos del ALBA, el pasado mes de abril. Su compañero Rodríguez ostenta marcas inferiores (58:21 y 2:04.70), pero los dos ganarán mucho en experiencia.
En tanto, la mundialista juvenil Morales nada mejor los 200 mariposa, donde logró implantar marca nacional de 2:17.00 minutos durante la cita del ALBA.
Todos ellos deben enfrentarse a «monstruos marinos» como los estadounidenses Michael Phelps y Aaron Peirsol, los franceses Frederick Bousquet y Alain Bernard, el brasileño César Cielo, la italiana Federica Pellegrini y el japonés Ryosuke Irie, por solo mencionar a algunos.
El favorito para retener el título por naciones en la natación es Estados Unidos, seguido por Rusia, Australia, China y Francia. También empujan Japón, España y Brasil.
Sin embargo, la disciplina «vedette» del calendario estará bajo la lupa de varios especialistas, repartidos en dos bandos: los que apoyan los trajes de última generación y quienes piden a gritos su retiro de las competencias.
No son pocos los que afirman que en Roma «se verán horrores», pues los récords mundiales caerán como castillos de arena.
Entre bambalinas, los fabricantes están disputándose a las estrellas para vestirlas con sus creaciones, pues en Roma cada nadador puede escoger un traje cualquiera y utilizarlo «gratis» durante la competencia. En medio de esta pugna, algunas figuras como la italiana Federica Pellegrini han dicho que cubrirán la marca de su bañador y ello molestó a los promotores.
Me parece fantástica la decisión de Pellegrini y compañía. Sería una forma más de decirle a la FINA que lo importante no es lo «último» en trajes de baño, sino las habilidades de quienes los portan.
Sin dudas, la ciudad de Roma, otrora centro de la civilización mundial, servirá en estas dos semanas de fragua para nuevos cauces en los deportes acuáticos. Esperemos que las aguas tomen finalmente su nivel.
