Es muy probable que el nadador francés Alain Bernard recibiera este lunes un cubo de agua fría, al levantarse y descubrir que la Federación Internacional de Natación (FINA), invalidó su récord mundial de 46:94 segundos para los 100 metros estilo libre.
Bernard impuso la marca en el mes de abril, durante el campeonato nacional de su país. Ahora, el campeón olímpico ya no será reconocido como el único hombre en «bajar» de los 47 segundos en esta distancia.
Sin embargo, Bernard no fue el único, pues Yulia Efimova y Anastasia Zueva vieron caer sus marcas en los 50 metros pecho (30:05) y espalda (27:47), respectivamente, impuestas también en abril durante el campeonato ruso. Igualmente, quedó sin efecto el récord del japonés Ryosuke Irie en los 200 metros espalda (1:52.86 segundos), logrado el pasado 10 de mayo en Australia.
La razón alegada por la FINA para el veto de estos récords es la ya interminable polémica sobre el uso de trajes «ilegales». En tanto, se homologaron otras seis cotas mundiales: la del español Rafa Muñoz en los 50 metros mariposa (22.43); de la británica Joanne Jackson en los 400 metros libre (4:00.66 minutos); y de la holandesa Marleen Veldhuis en los 50 metros mariposa (25:33 segundos) y libre (23:96 segundos).
Mientras, entraron en vigor dos récords en piscina corta (25 metros). Uno pertenece al ruso Nikolay Skvortsov en los 200 metros mariposa (1:50.53 minutos), y el otro a la japonesa Shiho Sakai en los 200 metros espalda (56:15 segundos).
Asimismo, quedaron pendientes de validación las marcas del sudafricano Cameron van der Burgh en 50 metros pecho (27:06 segundos), del francés Frederick Bousquet en 50 metros libre (20:94 segundos), y del brasileño Felipe Silva en 50 metros pecho (26:89 segundos). Todos ellos esperan por los resultados de su prueba antidoping.
Finalmente, la italiana Federica Pellegrini está también a la expectativa, pues la FINA debe validar la piscina donde implantó su récord de 200 metros libre (1:54.47 minutos).