Guantánamo.— El tramo inicial para La Vuelta no pudo ser peor. Lluvia intensa, densa neblina, pavimento mojado y un imponente viaducto nombrado La Farola esperaban a las 112 almas que se disponían a arrancar desde el parque José Martí en Baracoa. Esta vez el malecón de la Ciudad Primada no sería testigo mudo de la partida, pues hasta el mar se mostraba irrespetuoso con los atletas. Sin embargo.
Miles de lugareños se amontonaron como cada año para ver la caravana pasar y animar a los valientes que sin temor a las amenazas de la naturaleza se lanzaron en esta aventura única. Allí un pionero sujetaba su capa, allá una mujer con su hijo pequeño se refugiaba bajo una sombrilla.
Luego vino el descenso, y en el llano la lluvia y el frío «se desvanecieron» para dar paso a unas condiciones climáticas excelentes. Al final, la naturaleza comprendió que la vuelta es una gran fiesta y le sonrió.
Tal y como variaron las condiciones climáticas, se sucedieron los líderes de esta primera etapa. De esta forma, el venezolano Manuel «el Gato» Medina «sacó las uñas» y se agenció los dos premios de montaña puestos en disputa. «No me siento en óptimas condiciones, aunque creo que con el paso de los primeros días el equipo irá entrando en forma y daremos pelea como siempre», admitió Medina antes de la arrancada. No obstante, al término confesó sentirse muy complacido con este inicio, y dijo que piensa repetir el doblete de premios en Topes de Collantes, la otra etapa que tiene cotas altas en esta vuelta.
Keuen Lacombe, del equipo canadiense Planet Energy, debutó por todo lo alto, pues se agenció el tramo con tiempo de 3:40.21 horas, seguido por el avileño Alien García (3:44.21) y el integrante de la selección cubana Yasmani Martínez (3:46.21). «Estoy muy feliz. Nos cuidamos todo el tiempo en el descenso de La Farola y al estar cuatro de nosotros entre los punteros a pocos kilómetros del final, decidimos trabajar en función de mi victoria pues soy un buen esprinter», declaró Lacombe.
Lizardo Benítez, de Cuba, marcha como líder en metas volantes con diez unidades tras ganar en Imías y San Antonio del Sur.
Durante el trayecto a esta ciudad nos topamos con un ciclista solitario al que nadie conocía. No portaba dorsal y estaba demasiado adelantado al pelotón como para pertenecer al mismo. En la meta lo encontré sudoroso, y descubrí que se trata de Rolend Wenz, mecánico del equipo alemán Saxonia. «Quería estirar un poco las piernas», confesó el teutón. ¡Qué ímpetu!