Roberto Carlos Ramírez no le da importancia a su liderazgo: tenía 64 hits conectados, más que cualquier otro pelotero de la Serie Nacional sin incluir los resultados del viernes.
«Lo importante es el paso de Metropolitanos, su disciplina y cohesión; todo ello nos ha permitido ganar varios topes, aunque no hemos logrado ninguna barrida.»
Nativo del Cerro, el torpedero transita por su cuarta temporada en cinco años dentro del máximo nivel: comenzó con Industriales (bajo la dirección de Rey Vicente Anglada), pasó a Metros (con Juan Padilla), estuvo un año fuera del terreno, volvió con Anglada y los azules, y ahora es regular bajo el mando de Jorge Milián y los rojos.
«Mi segundo año lo inicié como torpedero titular, pero una lesión me forzó a perder muchos juegos. Arrastré el problema en el campeonato provincial, del cual me ausenté completamente, y por esa razón no acudí a la siguiente Serie Nacional».
A sus 23 años recién cumplidos, este muchacho no puede pedir más ahora, y hasta una profecía suya se cumplió. En diciembre último, cuando los Guerreros sumaban un juego ganado y ocho perdidos, declaró a la emisora provincial COCO que el equipo iba a levantar.
«Ya el año pasado, desde la cómoda posición de observador —yo estaba con Industriales— pude apreciar la progresiva madurez de algunos jóvenes de este equipo; Metropolitanos daba batalla, perdía juegos muy reñidos ante rivales encumbrados. Estaban listos para iniciar un salto».
—¿A qué atribuyes tu buen paso de este año?
—En primer lugar al juego diario, ningún pelotero se forma dentro del banco. También a los consejos de varios entrenadores, como el gran Agustín Marquetti, Tony González (ex torpedero) y mi tío Manuel Puente, el hermano de Rodolfo. Y, por supuesto, a la disciplina que he mantenido, y al trabajo de fortalecimiento con pesas.
—¿Cómo son las relaciones del grupo?
—Como de una familia; de Milián no hay quejas, él está convencido de que todos tenemos derecho a jugar. Además, los jugadores veteranos, como Enrique Díaz, Dorian Friol o Doelsis Linares, están siempre dispuestos a darnos un consejo.
Y Roberto Carlos se fue al terreno. Su carrera impulsada, con un roletazo en el tercer episodio, evitó que Metros cayera por lechada.