Considerada por muchos la mejor figura femenina en la historia de ese deporte en el país, se retira todavía en excelente forma física
Yanet Núñez Mojarena colgó la raqueta al despedirse recientemente de las canchas de tenis. Tiene solo 27 años a cuestas, pero dedicó 21 al deporte que le propició alegrías y tristezas de todos los colores.
«Acogerme al retiro es la decisión más difícil que he adoptado en mi vida. Siempre me acompañarán los recuerdos. Cuando era niña dejé de jugar con muñecas para practicar y con el paso del tiempo vinieron otras privaciones», dice con nostalgia.
Cuando algunos decían que su baja estatura le impediría avanzar en el alto rendimiento, esta bella muchacha empleaba altas dosis de coraje e inteligencia para salir adelante. Por tanto, no se arrepiente de nada.
«Si me viera de nuevo con seis años no vacilaría en volver al tenis con mis primeros entrenadores: Antonio Martínez y María de los Ángeles Díaz».
Yanet fue monarca escolar en las categorías de 11-12 y 13-14 años, y en los eventos de individuales, dobles y por equipo. Además, la artemiseña conquistó cuatro veces la corona nacional juvenil e integró de inmediato la selección nacional. Así, intervino en varias giras por países del área y de Europa y se convirtió en campeona Centroamericana y del Caribe de la categoría juvenil en 1996.
Ninguna otra jugadora cubana exhibe un palmarés tan abultado. Fueron 13 años en el equipo nacional y desde 1999 compartió la cima de nuestros torneos élites con su coterránea y amiga Yamilé Fors, y también con la granmense Yenisleidi Calaña.
Recuerda con particular agrado la medalla de plata obtenida en la modalidad de doble —junto a Yamilé Fors— en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2006 en Cartagena de Indias, Colombia. No obstante, opina que allí debieron conseguir la de oro.
En su expediente destaca igualmente el bronce logrado en la misma modalidad durante los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003. Cuatro años más tarde, en Río de Janeiro, se quedó en cuartos de final.
Reconoce que tuvo el privilegio de haber integrado en diez ocasiones la nómina cubana a la llamada Copa Federación, similar a la Copa Davis para los hombres. Con la misma vehemencia atesora las medallas alcanzadas en su paso por tres Olimpiadas Nacionales y dos Juegos del ALBA.
«Me quedé con las ganas de competir en unos Juegos Olímpicos, debido al altísimo nivel de este deporte. Eso mismo le ocurrió a otros excelentes jugadores como Juan Antonio Pino y duele admitirlo, sobre todo cuando llega el recuento».
Yanet confiesa que le gustaba el juego defensivo y que el servicio fue su punto más vulnerable.
Ejemplo de atleta«Despedirla me produce más tristeza que alegrías porque Yanet es de esas atletas que uno siempre quisiera moldear», fueron las primeras palabras de José Ariel de la Cruz, su entrenador desde 2004.
«Pepe» comentó que su ejemplaridad dentro y fuera del deporte la condujo a ser capitana del equipo nacional durante muchos años.
«Retirarse fue una decisión muy personal y la respetamos, pero sus cualidades le permitían mantenerse en activo», explicó el técnico.