Veselin Topalov ha ganado quizá el torneo más fuerte de la historia. Foto: Nadja Woisin Ambicioso como siempre, el búlgaro Veselin Topalov (2777) venció este sábado con piezas blancas al ucraniano Vasily Ivanchuk (2781) y ganó la primera Final de Maestros del Grand Slam, considerado el torneo más fuerte en la historia del ajedrez.
La competencia fue un «todos contra todos», a doble vuelta, donde los jugadores sumaban tres puntos por cada victoria y uno por empate. Topalov terminó con 17 unidades, merced a sus cuatro éxitos, cinco tablas y una derrota.
De tal manera, cuando solo faltan 17 días para la nueva actualización del ranking mundial, el búlgaro ascendió temporalmente al primer lugar de la clasificación, con Elo de 2790. Su próximo examen será el llamado «Encuentro de aspirantes», frente al estadounidense Gata Kamsky (2723), del 26 de noviembre al 14 de diciembre en Lvov, Ucrania. Si logra imponerse, Topalov retará en 2009 al indio Viswanathan Anand (2798) o al ruso Vladimir Kramnik (2788), quienes discutirán el título mundial el mes próximo en Alemania.
La gran meta del búlgaro es recuperar el cetro universal que ganó en 2005 y Kramnik le arrebató un año después. Hace unos meses, declaró al periódico español Heraldo que estaría tranquilo si la gente lo recordara como el mejor y no por ser el último jugador que venció a Kasparov. Ello ocurrió en el Torneo de Linares 2005, posiblemente durante la mejor temporada de su carrera.
¿Un jugador de primera fila nace o se hace?, le preguntaron una vez. «Hay una porción de talento y mucho de sacrificio», respondió.
¿Las computadoras le dieron jaque mate al ser humano? «El problema es el tiempo. En una partida sin reloj mediante, casi siempre ganará el hombre», apostó.
Lo que nos perdimosEn Bilbao, detrás de Topalov, se ubicaron el armenio Levon Aronian (2737) y el noruego Magnus Carlsen (2775), ambos con 13 puntos. Además, el ucraniano Vasily Ivanchuk (2781) acumuló 12 y el azerí Teimour Radjabov (2744) redondeó 10.
La gran decepción fue el vigente campeón del mundo, Vishy Anand, quien terminó con ocho y fue el único que no ganó ninguna partida (ocho tablas y dos derrotas). Por ello, si el escalafón se actualizara hoy, el indio aparecería en quinto lugar, con Elo de 2783.
En la misma lista hipotética, Carlsen sería tercero, con 2786 unidades, una menos que el ruso Alexander Morozevich. Si hubiera ganado el torneo de Bilbao —llegó a estar de líder—, a estas alturas el «fenómeno» noruego de 17 años fuera el número uno y habría destrozado el récord de Kasparov, quien logró esa proeza cuando tenía 21 años, en 1984. Lástima.
Por cierto, anoten que el habanero Leinier Domínguez sería hoy el número 21 del listado universal con 2719 unidades, por delante de «monstruos» como el israelí Boris Gelfand (2718), el ucraniano Ruslan Ponomariov (2718) y la húngara Judit Polgar (2711).
Solo falta la reinaUna china y una rusa, acaso no podía ser de otra manera, discuten desde hoy el título en el Campeonato Mundial femenino 2008.
Alexandra Kosteniuk tiene una segunda oportunidad para alcanzar el título mundial. La rusa, representante de la mejor escuela de todos los tiempos, es Alexandra Kosteniuk (2510), quien eliminó en cuartos de final a la ucraniana Anna Ushenina (2476) y luego en semifinales a la veterana sueca Pia Cramling (2544).
Kosteniuk ya disputó una final, en Moscú 2001, y precisamente contra una china: Zhu Chen. En aquella ocasión salió derrotada, aunque el duelo fue reñidísimo: terminó 2-2 en las partidas clásicas y luego la asiática se impuso 3-1 en el desempate.
Ahora la retadora es esa maravilla de 14 años de la que tanto hemos hablado: Yifan Hou (2557). Ella dejó en la cuneta nada menos que a la primera del escalafón, la india Humpy Koneru (2622), y ha tenido un torneo de ensueño. De diez partidas clásicas jugadas hasta el momento, ganó siete, perdió dos y empató una. Y en las rápidas es letal: cinco victorias y una sola derrota.
El ambiente sobre el tablero es inmejorable en la ciudad rusa de Nalchik, situada en la región del Cáucaso. Algunas jugadoras se negaron a disputar el torneo por la proximidad geográfica de la sede con Osetia del Sur, donde estalló el conflicto político entre Rusia y Georgia. Ellas no entrarán a la historia, pero el evento sí. Sobre todo si gana Yifan. ¿Se imaginan?