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Ambos atletas son ejemplos de vergüenza deportiva y amor a la Patria
El «saltamontes» Iván Pedroso y la jabalinista Sonia Bisset, dos de las imprescindibles figuras del atletismo cubano, han decidido culminar sus andanzas en el deporte activo, después de escribir numerosas páginas de gloria.
Considerado un grande entre los grandes, el capitalino Iván Pedroso, nacido el 17 de diciembre de 1972, ganó la medalla de oro en la final olímpica del salto de longitud en Sydney 2000, además de coronarse en cuatro campeonatos mundiales al aire libre y otros cinco bajo techo.
Pedroso también archivó numerosas victorias en su paso por las Copa del Mundo, Grand Prix, Juegos Mundiales Universitarios, Panamericanos y Centrocaribeños.
Su récord nacional vigente de 8,71 metros es un punto de referencia para la nueva generación de «canguros» cubanos.
Por su parte, la santiaguera Sonia Bisset, quien vino al mundo el 1ro. de abril de 1971, se mantuvo en el equipo nacional durante más de una década, aunque algunos consideran que llegó tarde. Su mejor marca personal fue de 67,67 metros, lograda el 6 de julio de 2005.
En su amplia hoja de servicios destaca el primer lugar conseguido en el Grand Prix de Doha, Qatar, en el año 2000. Igualmente, ganó el derecho a estar en tres grandes finales del atletismo mundial y quedó tercera en la de Mónaco 2005.
Ganó bronce en el Campeonato Mundial de Edmonton 2001, pero estuvo entre las finalistas de otras cuatro contiendas universales. Además, quedó quinta en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y sexta en Sydney 2000.
Iván y Sonia son ejemplos de vergüenza deportiva y amor al terruño. «Ellos tendrán una despedida a la altura de sus legados», nos comentó Esteban Brice, comisionado nacional de atletismo.
