Pareciera que los hits de La Habana se escapan al espacio exterior, por el agujero en la capa de ozono.
Después de ocho victorias consecutivas sobre Ciego de Ávila, en las dos últimas temporadas, los hombres de Esteban Lombillo perdieron el doble sabatino, y llegaron a soportar 16 ceros en sucesión. Su producción en este programa múltiple fue de solo 10 imparables.
En el duelo anterior, frente a Villa Clara, los vaqueros sumaron 14 hits en tres programas, como si en Santiago de Cuba hubieran agotado sus fuerzas. Su declive comenzó el domingo 11, cuando pegaron cinco batazos buenos sobre los lanzadores de las avispas, después de dos victorias previas que incluyeron un nocao.
Aunque Lombillo se mueva lupa en mano, en busca de los batazos perdidos, la clasificación de La Habana no parece correr peligro; solo se arriesgan a descender al tercer puesto de su grupo.
LA HAZAÑA DE YOHANCuando Alexander Jorge abrió el octavo inning pegando un jonrón, Rigoberto Rosique decidió que era el momento de retirar a su abridor; entonces Yoannis Negrín completó el éxito matancero a expensas de Santiago.
Se dice fácil y pronto, pero este día de febrero en Jovellanos será inolvidable para el triunfador, el derecho Yohan Hernández de Armas. Fue su juego de la primera vez: su primera apertura en la pelota cubana, su primer triunfo; en un año previo relevó en 14 oportunidades, no tuvo decisiones, le batearon .414, con un espantoso promedio de 12,31 carreras limpias, ocho ponches y 17 bases por bolas.
Del resto, destacan la prolongación del predominio azul sobre los naranjas (al cierre desconocíamos la anotación por entradas), y el cuadrangular decisivo del espirituano Liván Monteagudo, con la casa llena en el noveno inning, para dejar al campo a Camagüey.