El combativo Maestro FIDE cubano Orelvis Pérez conquistó una norma de GM. Foto: Juan Moreno Una gran ovación recibió el astro ucraniano Vassily Ivanchuk, en el salón Internacional del hotel Habana Riviera, cuando el Gran Maestro (GM) Silvino García le entregó el trofeo que lo acreditaba como vencedor del recién concluido Memorial Capablanca de Ajedrez, el torneo de más alta categoría (XVII) celebrado hasta la fecha en Cuba.
Ivanchuk estaba emocionado. De pronto quedó como paralizado, botín en mano, mientras los aplausos se hacían cada vez más fuertes. Muy merecido ese batir de palmas, y no solo por haber ganado las dos últimas ediciones del certamen ajedrecístico más antiguo de América.
Me cuentan que en Barcelona, donde compitió antes de venir en aquel torneo que ganó Leinier, invitaron a Chuky —así se le conoce en el mundillo ajedrecístico— a jugar en otro evento, ofreciéndole una suma monetaria varias veces superior a la que podría obtener aquí. Y ante la negativa del ucraniano que fuera subcampeón mundial, le inquieren que cómo iba a desdeñar semejante oferta por venir a Cuba, e Ivanchuk respondió: «Es que allí se me quiere mucho y me tratan muy bien».
Ya en el Capablanca, Ivanchuk dominó de punta a cabo. Su solitario revés ocurrió en el cierre de la primera vuelta frente al polaco Kamil Miton, quien por un rato «se robó el show», aunque lo realmente espectacular fue el repunte del ruso Evgeny Bareev, que comenzó en el sótano y ganó la segunda etapa (4,5 de 5) para llevarse el trofeo «de plata».
Si alguien opina que la actuación de los cubanos es un desastre, estoy en desacuerdo, aunque acepto que pudieron haber hecho más. El propio Chuky declaró que Leinier Domínguez no jugó en La Habana con la fuerza con que lo hizo en Barcelona. Tampoco demostró su poder Lázaro Bruzón, igualmente recién llegado de España, con el trofeo de primer campeón de Iberoamérica. Hasta Jesús Nogueiras, el único de los nuestros que logró un triunfo (frente a Bareev), pudo haber quedado mejor.
Las estadísticas confeccionadas por Romelio Milián aseguran que quien más ELO ganó fue Nogueiras con 5,8 puntos, seguido por Bareev con 5,2 y Miton con 2,2, mientras Ivanchuk solo se sumó ocho décimas de punto por su altísimo rating de 2741. Bruzón perdió 4,9 y Leinier 5.
CUATRO NORMAS EN EL SUIZOPor varias razones, la edición de 2006 marca un hito en la historia de los Capablanca. Entre ellas está el cambio de estructura, combinándose un torneo cerrado y otro abierto, este último jugado por el Sistema Suizo, en diez rondas.
Más allá de los resultados —ya es conocido que ganó el GM Walter Arencibia—apuntemos que del medio centenar de competidores en el grupo abierto, solo cuatro vencieron normas internacionales. Una fue de GM y la conquistó el Maestro FIDE cubano Orelvis Pérez, pese a caer ante Walter en la última fecha, porque es en nueve partidas.
Otras dos fueron de Maestro Internacional (MI), ganadas por el Maestro FIDE Aramís Álvarez, también de Cuba, y por su homólogo venezolano Oliver Soto. Y la última fue de Maestra Internacional y se la llevó la santiaguera Oleiny Linares, quien hizo 4,5 puntos, igual cifra que la MI Yaniet Marrero, las féminas de mejor desempeño.