El talentoso volante alemán Bastian Schweinsteiger se vistió de "franco tirador" contra los portugueses. Foto: AP DICEN los avezados, que las casualidades en el fútbol no están escritas. Sin embargo, dos equipos que se visten de azul, dirimen hoy en el Olympiastadion, de Berlín, la gran final de la Copa del Mundo: Francia-Italia, aunque a los galos les correspondió vestirse de blanco a la hora del juego.
Si la veterana selección francesa ha impuesto su mesura y eficaz trato al balón, los transalpinos son puro brío. Mas, existen afinidades entre ambos conjuntos: férrea defensa, buen contragolpe y excelentes «cerebros» en la vital zona del mediocampo.
En los papeles protagónicos de este «film añil» aparecen los competentes volantes Zinedine Zidane —que ya anunció su retiro tras el partido de hoy—, y Francesco Totti.
En la cancha, detrás del mago galo Zizou —quien será un peón libre—, se ubicarán Patrick Vieira y Claude Makelele, un trío presto a «alimentar» al ariete Thierry Henry.
Mientras, los italianos abrieron el «catenaccio» o candado defensivo de forma tan deliberada con su técnico Marcello Lippi, que en el duelo semifinal ante Alemania cerraron con ¡cuatro delanteros!
Andrea Pirlo, será el «dueño del balón». Por él deben pasar todos los que quieran llegar a Totti o al gigante delantero Luca Toni.
Además, Italia posee al mejor portero y al defensa más destacado del torneo: Gianluigi Buffón y Fabio Cannavaro, respectivamente.
El «loco» Buffón no recibe un gol desde que su compañero Cristian Zaccardo introdujo el balón en su portería, en el minuto 27 del segundo partido preliminar ante Estados Unidos (1-1). Desde ese momento, su valla se mantiene imbatible por 453 minutos.
Y aunque Lippi manifestó que «no habrá marca especial contra Zidane», es muy posible que la realidad diga otra cosa, y el capitán Cannavaro, o el violento Gatusso, se encarguen de esa «misión (casi) imposible».
SCHWEINSTEIGER, HÉROE TEUTÓNEl talentoso volante Bastian Schweinsteiger se vistió de «francotirador» y con tres potentes disparos desde fuera del área en los minutos 56, 61 y 78 —el segundo fue desviado por el luso Petit—, aupó a Alemania a un triunfo 3-1 frente a Portugal.
En el estadio de Stuttgart y exhibiendo sus buenas mañas, el veloz jugador del Bayern Munich mareó a la defensa rival, se abrió espacios, y levantó al público de sus asientos con esa tripleta de «morterazos», que tributaron a Alemania el tercer escaño en esta Copa Mundial.
Nuno Gomes, jugador de cambio, anotó el gol de la honrilla lusa en el minuto 88, con un excelente remate de cabeza luego pase de Figo, en la portería defendida por Oliver Kahn.
Así, toda Alemania disfrutó esa goleada, pero siempre quedará el «mal sabor» de no haberla degustado hoy, en el duelo por el título.