Nadie puede negarle a Jimmy Kickham, un canadiense de 89 años, su gran sentido del humor. Él quiere que sus nietos puedan contar en el futuro su decisión de cavar su propia tumba.
Total, si al frente de una compañía de construcción él se dedicó a hacerles espacio en la tierra a otras personas, qué de raro tiene que, con anticipación y detalle, se ocupe de la suya.
Por otro lado, argumenta, la familia tendrá un problema menos del que preocuparse cuando él parta de este mundo. ¡Qué considerado!