¿Quién no desea un buen chapuzón en un verano tan intenso y prolongando? Así que en la piscina de Dominic Lombardi en Hanover, Pensilvania, se coló un intruso; pero quedó «atrapado» por las cámaras de vigilancia. Sin embargo, la sorpresa fue mayúscula para Lombardi por la identidad del sujeto que violó su propiedad en tres ocasiones, en las que nadó y jugó con la pelota de playa, después de probar la temperatura y beber un sorbo del agua refrescante. Lo peor, es que Lombardi no puede ni demandarlo y quizá se vea obligado a compartir la alberca. ¿El intruso? Un oso negro de unas 300 libras, algo para respetar.