Autoridades germanas han abierto una investigación esta semana, después que un recluso logró salir de prisión fácilmente, solo intercambiando su identidad con un compañero con un físico relativamente igual. El hombre aprovechó el parecido con su compinche de celda, quien tenía programada su liberación, y se hizo el mismo corte de pelo. Cuando los oficiales fueron a buscar al hombre equivocado en su celda, le hicieron recoger sus pertenencias, rellenaron los formularios de autorización, lo despidieron con un apretón de manos y le dejaron el camino abierto hacia la libertad y se fue del establecimiento caminando por la puerta principal, sin que nadie se percatara del engaño. Ahora lo están buscando nuevamente.