A Nguyen Van Chien desde niño le gustaba tener el pelo largo. Un día sus profesores le aconsejaron que se pelara, pero tan pronto lo hizo, comenzó a padecer un dolor que ni siquiera los analgésicos podían calmar. Van Chien, que nunca antes tuvo siquiera una gripe común, decidió no cortarse el pelo de nuevo. Hoy, con 85 años, su cabello mide cuatro metros de largo y pesa dos kilogramos. No se sabe si esa es la razón de su salud envidiable: es capaz de leer y ensartar una aguja sin necesidad de usar espejuelos, y realiza trabajos tan extenuantes como cortar leña.