George, un juguetón Basset de dos años, sufrió un accidente insólito, se enredó con el cordón del teléfono de su hogar en Gran Bretaña, con su dueño ausente, y a punto de dejar de respirar, salvó su propia vida llamando con sus patas al 999, el número para las emergencias. Como el operador telefónico escuchó una fuerte respiración, que parecía de alguien que se ahogaba, alertó a las autoridades. Encontraron al can a punto de fallecer, pero con la pata sobre el dial.