Agustín González, es un nicaragüense buena gente, que quiere congraciarse con las suegras. Desde hace algún tiempo desarrolla una campaña a favor de las suegras, pues, según dice, existe, desde hace muchísimos años, otra enorme e injusta contra ellas. Se ha dedicado entonces a recoger firmas para crear una Asociación para la defensa de las suegras, tarea en la cual, reconoce, no ha tenido mucho éxito. Pero la total credibilidad la perdió hace unos días cuando, en su empeño por crear conciencia para que las personas rubriquen el documento, admitió (sin querer, supongo) que jamás, en sus 65 años, ha conocido suegra, y por ende, no ha tenido que sufrirlas. ¡Así no se vale!