John Caesar, de 58 años, pensó y pensó hasta que encontró la forma más hábil de escapar. Pero no contó con que esposado a una silla podría avanzar bien poco. Caesar había sido arrestado por la policía de Nueva York poco después de robar dinero de un restaurante. Aguardaba por un interrogatorio cuando, con silla y todo, se escapó por una puerta trasera. Al ser recapturado, segundos después, intentaba darse a la fuga en una bicicleta esposado y todavía con la silla, y los policías que lo condujeron no tuvieron más remedio que reírse de la ocurrencia del tonto escurridizo. Por semejante papelazo ahora tendrá que responder por varios delitos.